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Fuente de la imagen: Punto de reflexión (M. Velasco, 2007) |
Me puso ejemplos concretos: fulanito, mucho cargo y mucha defensa del sector, pero sus proyectos los primeros; los tres menganitos, a tener cuidado: unos mafiosos; y así. Todos van a lo mismo. Destrozado estaba. Percibiendo mi decaimiento, cortésmente me abrió una pequeña ventana a la esperanza. Lo agradecí, pero no se lo expresé. De vuelta, en el tren, seguía resistiéndome a dar la razón a aquellas personas que me dicen una y otra vez que todo es materialismo, codicia, destrucción y pisoteo al prójimo antes que te destruya a ti; que la religión, la política, incluso la cultura o la educación, son puras herramientas de gestión y control del contrario, del grupo, del colectivo, de la sociedad, de la masa. Quizás tengan razón. No sé. Seguiré luchando, junto a ti, por un mundo distinto para nuestros hijos. Ahora que lo pienso, quizás hice bien en no aplazar esa experiencia (imagen del MEC). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: mvc archivo propio.