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Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
En la propia casa, una de las terrazas sufre el efecto corrosivo de los excrementos y tengo que aplicar una nueva capa de impermeabilizante cada cierto tiempo (M. Velasco, 2025))[2]. No me importa, no me pesa, porque cada primavera, los árboles y arbustos de la aspiración a jardín se llenan de nidos, incluso en los respiraderos del tejado, y el gozo del bullicio de los pajarillos compensa cualquier pequeño inconveniente. Volviendo al salón, la situación requería de nuestra intervención. Abrimos con cuidado una de las ventanas y retiramos la mosquitera. Justo entonces, desde afuera, el canto de otro gorrión se hizo eco. El pequeño visitante, como si hubiera entendido el llamado, respondió con un gorjeo antes de tomar impulso y volar hacia la libertad. Fue un recordatorio de que, a pesar de la complejidad del mundo, la conexión con la naturaleza sigue siendo una de las cosas más sencillas y gratificantes que nos podemos regalar.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2016). ¡Cuidado con las palominas! Sitio visitado el 7/9/2025.
[2] Velasco-Carretero, Manuel (2025). La paz del invierno se gana en el verano, Sitio visitado el 7/9/2025.