domingo, 25 de mayo de 2025

Susurro del Atlántico

Fuente de la imagen: Nora da Neve. Sitio vinopost (M. Velasco, 2023)
Imagina un lugar donde el tiempo parece detenerse, donde el aire salado del Atlántico se mezcla con el verdor de la tierra y el río Miño serpentea con calma. Así es As Neves, en la Denominación de Origen Rías Baixas, el hogar de Viña Nora. Desde su creación, esta bodega no ha cesado en su empeño de traducir la singularidad de su terruño en cada botella de Albariño. Y si buscas una expresión que capture esa esencia con elegancia y profundidad, permíteme referenciarte "Nora da Neve" (M. Velasco, 2023)[1], cortesía de Terelu (M. Velasco, 2024)[2], porque no es casualidad que Viña Nora se asiente en esta subzona del Condado do Tea. Las parcelas se asoman a una terraza natural sobre el Miño, bañadas por un sol generoso y acariciadas por una brisa constante. Estas condiciones son el secreto para que las uvas Albariño de sus viñedos, con más de tres décadas de vida, alcancen una madurez casi perfecta. En cuanto a los suelos, caprichosamente arenosos o franco-arenosos, con sus cantos rodados y su base granítica, obligan a las raíces a buscar la vida en lo más profundo, regalando al vino una mineralización y una identidad inconfundibles. Y no olvidar la tradición del emparrado, que más que una técnica es una declaración de principios, elevando las cepas para que respiren, se defiendan de la humedad atlántica y aprovechen cada rayo de sol.

Al servir Nora da Neve, su color regala un amarillo dorado brillante, que ya anticipa una historia de crianza y reposo. En nariz, es un despliegue de elegancia y un poder de seducción que invita a la calma. Los aromas típicos del Albariño se hacen presentes con una madurez encantadora: manzana, pera, envueltos en un abrazo de flores blancas, como la camomila recién abierta. Pero hay más; a medida que el vino respira, emergen sutiles notas especiadas, un eco discreto y bien integrado de su paso por la madera. Es un aroma que evoluciona, que cuenta una historia. En boca es pura caricia. Se siente carnoso, lleno, pero con una frescura que le da vida, una acidez vibrante que equilibra su estructura. Su recorrido es largo, generoso, y persiste en el paladar, invitando a saborear cada matiz, cada capa de complejidad. Es un vino que se experimenta, que habla de su tierra, de su gente, de la pasión de Viña Nora por crear algo verdaderamente especial. Con una producción limitada, Nora da Neve es una de esas joyas que se atesoran y la prueba de que, en Rías Baixas, de la mano de bodegas como Viña Nora, el Albariño sigue sorprendiéndome con su capacidad de evolucionar, de ganar en profundidad y de ofrecer una experiencia sensorial que trasciende la simple copa de vino. Fuente de información: Terelu, datos de la bodega, vinopost y experiencia propia. Fuente de la imagen: mvc.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2023). Nora da Neve. Sitio vinopost. Visitado el 25/05/2025.
[2] Velasco-Carretero, Manuel (2024). Un homenaje en cada copa. Un mapa para viajar por los aromas de O Rosal. Abrazo del Atlántico. Sitios visitados el 25/05/2025.