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El Amador Diez Verdejo 2018 despliega una paleta aromática compleja y seductora. En nariz destacan los intensos aromas a fruta blanca madura, como pera y manzana, acompañados de notas florales de azahar y cítricos. La crianza en barrica aporta sutiles toques de vainilla, tostados y especias, creando una armonía entre lo frutal y lo especiado que alcanza determinado nivel de perfección. En boca atrapa por su volumen y estructura, sin perder frescura. La acidez vibrante equilibra la untuosidad, proporcionando un largo y persistente final. Los sabores de fruta blanca y cítricos se entrelazan con las notas tostadas de la madera, creando un conjunto complejo y elegante. Para una experiencia óptima, la bodega recomienda servir el Amador Diez Verdejo a una temperatura entre 8 y 10 grados Celsius[1].
El nombre de este vino rinde tributo a un hombre que dedicó gran parte de su vida a la bodega, dejando una huella imborrable en su historia. La producción limitada y la atención al detalle en cada fase del proceso supuestamente garantizan la máxima calidad y exclusividad, combinando la fruta madura, notas minerales y la complejidad que aporta la crianza en barrica hacen de este vino una experiencia única para los sentidos. En cuanto a la institución vitivinícola, Cuatro Rayas, fundada en 1935, es una cooperativa que ha sabido adaptarse a los cambios del mercado sin perder de vista sus raíces. La unión de viticultores en busca de un futuro mejor dio origen a una de las bodegas más emblemáticas de Rueda. Durante la pandemia del COVID-19, Cuatro Rayas demostró su compromiso con sus trabajadores[2] y con la sociedad[3].
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[1] Marida a la perfección con pescados blancos a la parrilla, mariscos, arroces melosos y quesos de pasta blanda.
[2] Garantizando el suministro de sus vinos y apoyando a los más vulnerables.
[3] Parte de este texto se ha editado en el sitio vinopost, bajo el título Amador Diez Verdejo 2018.