lunes, 3 de febrero de 2025

Lecciones olvidadas en un mundo polarizado

Fuente de la imagen: Historia económica de la población mundial (M. Velasco, 2014)
El presumible fenómeno verbalizado en las redes sociales en frases del tipo "está de moda ser populista", que parece que también se encuentra de actualidad en mi país, a tenor de un rápido “ojeo” de las tendencias en el social media nacional, propició que en el fin de semana “rehojeara” el texto de Carlo M. Cipolla (1978)[1] "Historia económica de la población mundial" (M. Velasco, 2014)[2], donde se propone un recorrido por la evolución de la humanidad desde los albores de la agricultura hasta “casi ahora”, sumergiéndose en un análisis de cómo la población mundial ha crecido y se ha desarrollado, cómo ha aprovechado los recursos disponibles y cómo ha enfrentado los grandes desafíos de cada época. Desde la revolución agrícola, que marcó un punto de inflexión en la historia de la humanidad, hasta la era industrial y la sociedad moderna, el autor presenta un panorama de la evolución económica y demográfica. Uno de los méritos es su capacidad para intentar sintetizar información compleja de la manera más clara y accesible, ansiando desentrañar las causas y consecuencias de los grandes cambios históricos, como la explosión demográfica, la escasez de recursos y la revolución industrial, sin perder de vista el contexto social y cultural en el que se produjeron. Junto a su relativo valor histórico, el texto puede ser actual, ya que las preguntas que plantea sobre el crecimiento demográfico, la sostenibilidad y el futuro de la humanidad siguen siendo relevantes hoy en día, al insinuar herramientas y reflexiones para estudiar los desafíos del presente y vislumbrar posibles escenarios futuros.

Pero ¿Cómo la traviesa mente ha conectado el libro con la frase? Tal vez porque el mensaje de Cipolla y el de los fenómenos actuales muestran cómo las ideas y los movimientos pueden surgir y decaer cíclicamente, junto a que, tanto en la obra de Cipolla como en esa fenomenología, la desigualdad económica juega un papel central y la sensación de injusticia y la pérdida de oportunidades pueden generar resentimiento y facilitar la emergencia de otras corrientes políticas, sin olvidar que la demagogia de masas a menudo ofrece soluciones simples a problemas complejos, apelando a emociones y prejuicios en lugar de a la razón, lo que inevitablemente suele transportarnos a momentos históricos reflexionados por Cipolla, donde las soluciones fáciles y rápidas prevalecieron sobre análisis más profundos. Finalmente, el autor destaca la importancia de la educación[3] para el desarrollo económico y social y como base para combatir la desinformación y la polarización, lo que evidencia la importancia de una formación crítica y rigurosa. En síntesis, tanto el libro de Cipolla como la frase hablan de la complejidad de la historia humana, de comprender las causas profundas de los problemas sociales y económicos y de la necesidad de una educación crítica para tomar decisiones informadas. A ello se une la importancia de la Historia en sí, porque comprender los ciclos históricos y las causas de los fenómenos sociales posibilita tomar decisiones más informadas en el presente, junto a que los problemas sociales no tienen soluciones simples y requieren profundidad, multidisciplina y amplitud de miras.
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[1] Cipolla, Carlo M. (1978). Historia económica de la población mundial. Ed. Crítica.
[2] Velasco-Carretero, Manuel (2014). Historia económica de la población mundial. Sitio book—post. Visitado el 03/02/2025.
[3] Una población educada y crítica es menos susceptible a la manipulación y más capaz de tomar decisiones racionales.