jueves, 30 de enero de 2025

Compromiso con la salud universal

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
La sanidad española se erige como un contrafuerte básico del Estado de bienestar, garantizando el acceso a servicios de salud para todos sus habitantes, sin distinción de nacionalidad o situación administrativa. Este compromiso con la universalidad se extiende a la población inmigrante (M. Velasco, 2005)[1], a quienes se le reconoce el mismo derecho a la atención médica que a los ciudadanos españoles. La legislación establece que todas las personas residentes en el territorio nacional, independientemente de su origen o de su situación regular o irregular, tienen derecho a la asistencia sanitaria. Este derecho fundamental se traduce en un acceso igualitario a todo tipo de servicios médicos, desde la atención primaria hasta los tratamientos especializados, pasando por la atención de urgencia. La importancia de este derecho trasciende lo meramente legal, ya que la salud es un bien común y esencial para el desarrollo pleno de cualquier persona. Pero para la población inmigrante, el acceso a la sanidad cobra especial relevancia, dado que, a menudo, se enfrentan a barreras adicionales como el estrés migratorio, las dificultades de adaptación a un nuevo entorno o la propia precariedad económica. La atención sanitaria de urgencia constituye un aspecto crucial de este derecho. En ese sentido, cobra importancia el acceso a servicios de urgencia, lo que significa que cualquier persona que requiera atención médica inmediata, independientemente de su situación administrativa, puede acudir a un centro sanitario y recibir la asistencia necesaria. 

Este compromiso con la vida y la salud de todas las personas refleja la vocación de equidad y justicia social del sistema sanitario español. Más allá de garantizar el acceso a la atención médica, el sistema sanitario desarrolla programas de salud pública específicamente diseñados para atender las necesidades de la población inmigrante. Estas iniciativas, que incluyen campañas de vacunación, programas de prevención de enfermedades y acciones de promoción de la salud, se adaptan a las características culturales y sociales de esta población, con el objetivo de reducir las desigualdades en salud y mejorar su calidad de vida. Igualmente, la atención a grupos vulnerables dentro de la población inmigrante, como mujeres embarazadas, niños y personas mayores, constituye otra prioridad del sistema sanitario español. La legislación establece la necesidad de adoptar medidas específicas para garantizar que estos colectivos tengan acceso a los servicios de salud que requieren, lo que demuestra el compromiso del sistema con la protección de los más débiles. En síntesis, la sanidad española debe caminar hacia un modelo de inclusión y equidad, que garantice el acceso a la salud para todas las personas que residen en su territorio, sin importar su origen o situación administrativa, compromiso con la universalidad por imperativo moral y como inversión en el bienestar de toda la sociedad, al contribuir a la mejora de la salud pública y a la reducción de las desigualdades. Fuente de la información: texto referenciado. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2005). Sanidad e inmigración. Sitio Educación, Formación y Empleo. Visitado el 07/01/2025.