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Recóndito color cereza granate, típico de esa ribera, distinguido al olfato con tremenda armonía de frutas negras pausadamente enlazadas en barrica, equilibrio que se intensifica en el penetrante sabor que persiste y persiste, a modo de suave redoble de tambor que se aleja. En cuanto a la bodega, se lee en su sitio virtual que es el fruto del legado centenario que José Moro, titular de la institución vitivinícola, recibió por parte de su padre y de su abuelo y que, desde hace más de un siglo, han trabajado la tierra, procurando conseguir la clave de su éxito que no es otra que conocer a la perfección el entorno que les rodea para potenciar lo mejor de sus suelos, de su clima y de la variedad Tempranillo. Parte de este texto también se ha editado en el sitio vinopost, bajo el título “Malabrigo”. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.