Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
Bromas aparte, lo que me da en la nariz que la pasa a la mente es lo que K. Trudeau[2] (recogido en “La técnica del enganche”[3]), define como memoria holgazana o escasamente entrenada. El remedio que propone Trudeau para subsanar estos desajustes memorísticos es la aplicación de técnicas como la del “enganche”, proceso que se inicia con una sujeción o agarre preestablecido, por ejemplo, una vivencia realmente interesante; luego genero otra imagen, en este caso la que quiero recordar; para después sindicar las dos imágenes de manera divertida y proactiva.
Te cuento lo anterior, porque en el fin de semana pasado he estado rehojeando el libro de Daniel L. Schacter[4], “En busca de la memoria. El cerebro, la mente y el pasado”[5], donde el autor, vía testimonios, análisis de vivencias y otras investigaciones, viene a decirme cosas, cuando menos sorprendentes o para reflexionar, como que mis recuerdos son los frutos delicados pero poderosos de lo que rememoro del pasado, creo sobre el presente e imagino acerca del futuro. Parte de este texto también se ha editado en el sitio book—post, bajo el título “En busca de la memoria”. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Frito me quedé. 2014. Sitio visitado el 01/08/2022.
[2] Kevin Trudeau's Mega Memory: How to Release Your Superpower Memory in 30 Minutes or Less a Day. Ediciones William Morrow. 2005.
[3] Velasco Carretero, Manuel. La técnica del enganche. 2014. Sitio visitado el 01/08/2022.
[4] Catedrático de Psicología en la Universidad de Harvard.
[5] Schacter, Daniel, L. En busca de la memoria. El cerebro, la mente y el pasado. Ediciones B. 1999.