domingo, 17 de octubre de 2021

Come, Manolo, que es bueno para el pelo

Fuente de la imagen: archivo propio
En el sitio gastropost, texto “Calamares rellenos[1], me comprometí contigo a presentarte mi receta de pimientos rellenos. Y por respeto al valor de la palabra dada, aquí va el cumplimiento. En “Son buenos para el pelo[2] alababa las propiedades de este fruto, del género de plantas “capsicum”. Hasta los doce años aproximadamente, viví en una huerta, donde mis padres cultivaban frutos, verduras y hortalizas, que luego vendían en el pueblo y que, obviamente, consumíamos, autoconsumo. Recuerdo a mi progenitor arrancar de la planta una de las protuberancias, que colgaban del tallo a modo de “pingajos” verdes, dándole un bocado a continuación. Al descubrir mi curiosidad, me dijo “Come, Manolo, que es bueno para el pelo”. Así que, con su visto bueno, cogí otro de esos presuntos manjares e hinqué los dientes, detectando un sabor dulzón que me desagradó. “A comértelo todo”. dictaminó.

Eso le dije al querubín "en plan broma" cuando le presenté el “emplatado” de pimientos rellenos que preparé. Arriba te dejo una instantánea previa. Reconozco que me gusta más cocinar con los pimientos más pequeños, pero en la “plaza de abastos” solo había de tamaño grande y me pregunté ¿Por qué no intentarlo? El proceso de elaboración es similar al de los calamares rellenos. Dependiendo del tamaño (los de hoy son grandes), te agencias ocho o diez pimientos (o los que necesites, reitero que los prefiero de tamaño más bien pequeños), medio kilo de carne picada de la que te guste (hago “coupé” de cerdo y ternera), un vaso de caldo casero de carne de ternera, cerdo y pollo, un huevo, una cebolla, un pimiento, un tomate, dos dientes de ajo, perejil, pan ya oreado de varios días en talego, pimienta, sal, nuez moscada, un vasito de vino blanco envejecido (a ser posible de Mollina) y sal y azafrán al gusto.

Después de poner el pan duro a remojar, lo siguiente que tienes que hacer es limpiar adecuadamente los pimientos y enjuagarlos con agua fresca y secándolos con servilleta de papel, extrayendo cuidadosamente “el pitorro” (que lo reservas para que luego actúe de tapadera) y las pepitas del interior. Seguidamente, mezclas la carne picada, los trocitos de ajo, el perejil, el pan remojado, el huevo batido y sal y pimienta al gusto. En una sartén con aceite de oliva virgen extra, rehogas el relleno y lo reservas. A continuación, armándote de paciencia, coges una cuchara de postre y procedes al relleno de los pimientos. Lo cierras con un palillo higiénico (He utilizado varios porque se me han desgajado los sacos). Luego doras los pimientos rellenos a fuego suave en la sartén con un poco de aceite.

Con la cebolla, el tomate, el pimiento y el otro diente de ajo, preparas el sofrito (dependiendo de la intensidad del fuego, entre 7 y 12 minutos), agregas algunas hebras de azafrán e incorporas el vino blanco, dejándolo cocerse hasta la evaporación del alcohol. Enseguida vuelcas el caldo de carne (aquí me gusta el toque de nuez moscada) y lo dejas entre cuatro y seis minutos para luego insertar los pimientos rellenos, removiéndolos de vez en cuando (para que no se te peguen) y dándole la vuelta (entre 12 y 15 minutos por lado). Luego la sal y la pimienta al gusto. Como se dice en el sitio “Las recetas de la abuela Juli”: Disfrútalo, porque es lo que pide. Parte de este texto también se ha editado en el sitio gastropost, bajo el título “Pimientos rellenos”. Fuente de la imagen: archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Calamares rellenos. Sitio gastropost. 2021. Visitado el 17/10/2021.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Son buenos para el pelo. 2016. Sitio visitado el 17/10/2021.