martes, 18 de mayo de 2021

Hacia una economía azul sostenible

Fuente de la imagen: Bru-nO en pixabay
En línea con la Comisión Europea (CE), define Ana García[1] la economía azul como aquélla que “reconoce la importancia de los mares y los océanos como motores de la economía por su gran potencial para la innovación y el crecimiento”. Para Sharafuddin y Madhavan[2], es un concepto relacionado con la explotación y preservación del medio marino, utilizándose el término generalmente en el ámbito del desarrollo internacional cuando se describe un enfoque de desarrollo sostenible de los recursos costeros, que puede incluir una amplia gama de sectores económicos, desde la pesca más convencional, la acuicultura, el transporte marítimo, el turismo costero, marino y marítimo. Entiende la CE que la “economía azul” de la Unión Europea (UE) engloba a todas las industrias y sectores relacionados con los océanos, los mares y las costas, tanto si están directamente apoyados en el medio marino[3] como si están enclavados en tierra[4].

Según el último Informe sobre la economía azul, los sectores tradicionales de esta economía proporcionan 4,5 millones de empleos directos y generan más de 650.000 millones de euros en volumen de negocios. La economía azul sostenible es esencial para alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo y para garantizar que la recuperación de la pandemia sea ecológica e inclusiva. Realizo la introducción anterior porque recientemente la CE ha propuesto un nuevo enfoque para la economía azul sostenible en la UE, destinado a las industrias y sectores relacionados con los océanos, los mares y las costas. Todos los sectores de la economía azul, como la pesca, la acuicultura, el turismo costero, el transporte marítimo, las actividades portuarias y la construcción naval, tendrán que reducir su impacto medioambiental y climático.

Para hacer frente a la crisis climática y de biodiversidad, se requieren unos mares sanos y un uso sostenible de sus recursos que permita crear alternativas a los combustibles fósiles y a la producción tradicional de alimentos. La transición a una economía azul sostenible exige invertir en tecnologías innovadoras. La energía undimotriz y mareomotriz, la producción de algas, el desarrollo de artes de pesca innovadores o la restauración de los ecosistemas marinos crearán nuevos puestos de trabajo y empresas verdes dentro de la economía azul. La CE y el Grupo del Banco Europeo de Inversiones[5], intensificarán su cooperación para una economía azul sostenible[6]. Estas instituciones colaborarán con los Estados miembros a fin de satisfacer las necesidades de financiación existentes para reducir la contaminación en los mares europeos y facilitarán la inversión en innovación azul y bioeconomía azul[7].

La Comunicación fija una agenda detallada para la economía azul, con el fin de alcanzar los objetivos de neutralidad climática y contaminación cero[8], culminar la transición hacia una economía circular y reducir la contaminación[9], preservar la biodiversidad e invertir en la naturaleza[10], favorecer la adaptación al cambio climático y la resiliencia de las costas[11], garantizar una producción de alimentos sostenible[12] y mejorar la gestión del espacio en el mar[13]. Además, la CE seguirá creando las condiciones para una economía azul sostenible a escala internacional, aplicando la agenda de gobernanza internacional de los océanos. Finalmente, este planteamiento sustituye a la Comunicación sobre el crecimiento azul de 2012[14]. Fuente de la información: CE. Fuente de la imagen: Bru-nO en pixabay.
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[1] García, Ana. La 'economía azul' prevé crear hasta siete millones de empleos para 2020. eleconomista.es 2017. Sitio visitado el 18/05/2021.
[2] Sharafuddin; Madhavan. "Thematic Evolution of Blue Tourism: A Scientometric Analysis and Systematic Review". Global Business Review. 2020. Sitio visitado el 18/05/2021.
[3] Por ejemplo, el transporte marítimo, el marisqueo o la generación de energía.
[4] Por ejemplo, puertos, astilleros o infraestructuras costeras.
[5] Compuesto por el Banco Europeo de Inversiones y el Fondo Europeo de Inversiones (FEI).
[6] El nuevo Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura apoyará —especialmente mediante su plataforma «BlueInvest» y el nuevo Fondo BlueInvest— la transición hacia cadenas de valor más sostenibles basadas en los océanos, los mares y las actividades costeras. Para seguir financiando esta transformación, la Comisión ha instado a los Estados miembros a que incluyan inversiones para una economía azul sostenible en sus planes nacionales de resiliencia y recuperación, así como en sus programas operativos nacionales para diversos Fondos de la UE de aquí a 2027. Contribuirán también otros programas de la UE, como el programa de investigación Horizonte Europa, y se creará una misión específica sobre océanos y masas de agua.
[7] Por lo que respecta a las inversiones privadas, deben aplicarse a la decisiones correspondientes los principios y las normas de sostenibilidad específicos ya acordados para los océanos, como la Iniciativa y los Principios Financieros de la Economía Azul Sostenible.
[8] Particularmente mediante el desarrollo de energía marina renovable, la descarbonización del transporte marítimo y la ecologización de los puertos. Una combinación sostenible de energía oceánica formada por energía eólica, térmica, undimotriz y mareomotriz flotante podría generar una cuarta parte de la electricidad de la UE en 2050. Los puertos son cruciales para la conectividad y la economía de las regiones y los países europeos y podrían utilizarse como polos energéticos.
[9] Por ejemplo mediante la renovación de las normas para el diseño de los artes de pesca, el reciclado de buques y el desmantelamiento de plataformas en alta mar, y mediante la adopción de medidas para reducir la contaminación por plásticos y microplásticos.
[10] La protección del 30 % de la zona marítima de la UE invertirá la pérdida de biodiversidad, agrandará las poblaciones de peces, contribuirá a mitigar el cambio climático y a crear resiliencia y generará importantes beneficios financieros y sociales. Seguirán reduciéndose las repercusiones medioambientales de la pesca en los hábitats marinos.
[11] Las actividades de adaptación, como el desarrollo de infraestructuras ecológicas en las zonas costeras y la protección de las costas frente al riesgo de erosión e inundaciones, contribuirán a preservar la biodiversidad y los paisajes, con los consiguientes beneficios para el turismo y la economía costera.
[12] La producción sostenible y las nuevas normas de comercialización de los alimentos marinos, el uso de algas y fanerógamas marinas, el refuerzo del control de la pesca y la investigación y la innovación en la acuicultura celular contribuirán a preservar los mares de Europa. Con las Directrices estratégicas para el desarrollo sostenible de la acuicultura de la UE, ya adoptadas, la Comisión también se ha comprometido a expandir la acuicultura sostenible en la UE.
[13] El nuevo Foro Azul, destinado a los usuarios del mar y dirigido a coordinar el diálogo entre los operadores de alta mar, las partes interesadas y los científicos que se dedican a la pesca, la acuicultura, el transporte marítimo, el turismo, las energías renovables y otras actividades, estimulará un intercambio cooperativo de ideas para el uso sostenible del medio marino. En 2022 se publicará un informe sobre la aplicación de la Directiva de la UE sobre ordenación del espacio marítimo, que seguirá a la adopción de los planes nacionales de ordenación marítima en marzo de 2021.
[14] La Directiva sobre la ordenación del espacio marítimo requiere a todos los Estados miembros una planificación formal de su espacio marítimo para 2021.