Fuente de la imagen: archivo propio |
En el texto “Las raíces”[1], te comentaba que en la cultura china no se aceptan regalos valiosos de los extraños, pero sí los pequeños obsequios de los amigos, sea té, aceite, fruta o vino, después de que los anfitriones rechacen los regalos de los invitados varias veces antes de aceptarlos. Al igual que te trasladaba en ¿Qué mejor aguinaldo?[2] se acerca la Navidad y con ella la costumbre de los regalos de empresa[3]. En ¿Cortesía o corrupción?[4] delimitaba lo aceptable de lo incorrecto.
En esta semana han llegado mensajeros y mensajeras con los aceptables presentes de algunas de las empresas, instituciones, equipos de trabajo y "allegados" con los que a lo largo de mi vida profesional he tenido la oportunidad de colaborar, desde vino de Mollina, Ronda, Jerez o Ribera del Duero, a aceite de oliva de Jaén y de Córdoba, pasando por aguacates de Vélez Málaga, naranjas del Valle del Guadalhorce o productos de la Serranía de Aracena. También, libros, lotería…
Saben que un producto de la tierra, un libro o una agenda me hace feliz (Muchas Gracias), pero hay otra cosa más importante con la que se me hincha el corazón: el reconfortante recuerdo de ese roce profesional, ese sufrimiento operativo en el proyecto en el que trabajamos y que, con independencia del resultado final, siempre relativo, propició respeto, gratitud y un indeleble lazo emocional con los líderes y los equipos.
Y brindé por todos ellos y porque el año que viene les sea propicio, con un Ribera del Duero que extraigo de una de las cestas de navidad, un tinto crianza Matarromera, de la bodega del mismo nombre[5]. Según su ficha de cata, es un vino elaborado con uva Tempranillo. Se lee que la actitud característica de la bodega Matarromera es la búsqueda del equilibrio entre la fruta y la madera en la que reposa esencia y gratitud.
A los ojos el típico obscuro color cereza “envioletado”. Intenso en el olfato, detectando los también distintivos mementos a vainilla, café, regaliz… sobresaliendo las maduras grosellas, guindas… Ya en boca, la elegancia y el respeto se confirman, junto a la suculencia y armonía, con un pujante, generoso e indeleble epílogo. Parte de este texto también se ha editado en el sitio vinopost, bajo el título “Matarromera”. Fuente de la imagen: archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Las raíces. 2012. Sitio visitado el 20/12/2020.
[2] Velasco Carretero, Manuel. ¿Qué mejor aguinaldo? 2003. Sitio visitado el 20/12/2020.
[3] Que dependiendo de la moda, el boom o la crisis, cada año logra poner histéricos a muchos departamentos de marketing, secretarías ejecutivas y miembros de la alta dirección.
[5] Sitio visitado el 20/12/2020.