miércoles, 9 de diciembre de 2020

Efecto futuro de la pronta escolarización

Fuente de la imagen: portada del informe TIMSS 2019 del IEA
Si eres follower de este sitio, por textos como “El maltrato profesor-alumno[1] o “Máquina trituradora de niños[2] sabes de mi tardía incorporación a la escuela, las malas notas en la EGB por esa inadaptación y el sufrimiento operativo consecuencia de la tartamudez. No sé cómo hubiera influido en mi posterior rendimiento en matemáticas y ciencias, si los primeros años de mi vida los hubiera pasado en guarderías, escuelas infantiles y colegios, en vez de estar casi solo en la dura naturaleza de la profunda Serranía de Ronda, entre ovejas, cabras, conejos, gallinas, caballos, yeguas, mulos, cerdos… y perros y gatos (sí gatos, ninguneándome a todas horas, si bien un familiar decía que su función era protegerme). No puede saberse y realmente a estas alturas de la vida, poco importa. Te cuento lo anterior porque parte de la tarde del martes la pasé hojeando el informe TIMSS 2019 (Trends in International Mathematics and Science Study)[3] de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA), disponible en el sitio virtual del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, dependiente del Ministerio de Educación y Formación Profesional del Gobierno de España (MEyFP)[4], donde se recoge que la escolarización durante la etapa de 0 a 3 años tiene un impacto positivo en los resultados de los estudiantes en matemáticas y en ciencias a largo plazo[5]

El documento ya lo referencié en el sitio "Educación, Formación y Empleo", bajo el explícito título "Informe TIMSS 2019"[6]. Apunta el MEyFP que en mi país el porcentaje de estudiantes que asistió a primer ciclo de Educación Infantil es del 75%, muy por encima del promedio del resto de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), 52%, y del total de la Unión Europea (UE), 43 %. Esta escolarización temprana permite que el alumnado acceda a la Educación Primaria con destrezas de lectura, escritura y matemáticas superiores al promedio de la OCDE y del total de la UE y, a largo plazo, influye positivamente en el rendimiento del alumnado. Así, la diferencia en el rendimiento en matemáticas entre los estudiantes que asistieron a Educación Infantil de primer ciclo y los que no asistieron es de cinco puntos en la UE y de 10 en el promedio de la OCDE. En España[7], esta diferencia crece hasta los 26 puntos, solo por detrás de Suecia, Turquía y Bulgaria. Ocurre lo mismo en ciencias, con diferencias de rendimiento de entre cuatro (UE) y 11 puntos (OCDE). En el caso de España[8], los alumnos que fueron escolarizados antes de los tres años obtuvieron de media 18 puntos más que los que no lo hicieron[9]

En términos globales, el estudio TIMSS 2019 revela un estancamiento en el rendimiento de los alumnos españoles en matemáticas, tras el incremento de 23 puntos que se produjo entre 2011 y 2015. Con una media de 502 puntos[10], España baja tres respecto a 2015 y se sitúa a 11 de la media ponderada de la UE y a 25 del promedio de los países de la OCDE analizados en el informe. Nuestro país se sitúa en niveles similares a Eslovaquia y Serbia, y está por encima de países como Francia. Entre los dominios de contenido que evaluó la prueba de matemáticas, los mejores resultados de los estudiantes españoles se producen en dominio de números (506 puntos), seguido del dominio de datos (499) y, por último, el dominio de medidas y geometría (494). En cuanto a los dominios cognitivos, la mayor puntuación se logró en aplicación (506 puntos), seguido de conocimiento (499) y razonamiento (497). Respecto a 2015, destaca la bajada de nueve puntos en medidas y geometría y de 10 puntos en datos. 

Según el MEyFP, el informe estudia también la influencia del contexto personal y sociodemográfico en los resultados de los alumnos[11], con variables como el nivel de formación y el nivel de ocupación de los padres o el número de libros del que se dispone en el hogar. En todos los casos se observa un efecto del entorno en el rendimiento de los alumnos, pero este es siempre menor en el caso de España que en el promedio de la OCDE y la media ponderada UE, lo cual apunta a un mayor nivel de equidad. Por ejemplo, en matemáticas[12], cada décima adicional del Índice Social, Económico y Cultural (ISEC) de un alumno español supone un aumento de la puntuación de 3,6 puntos. En el promedio de países de la OCDE, el aumento es de 4,0 puntos, y en la media ponderada de la UE, es de 3,7 puntos. En ciencias, cada décima del mismo índice supone 3,3 puntos adicionales en el caso de los estudiantes españoles, 4,0 puntos en el caso de la media OCDE y de 3,9 en la UE[13]. Fuente de la información: MEyFP. Fuente de la imagen: portada del informe. 
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[1] Velasco Carretero, Manuel. El maltrato profesor-alumno. 2006. Sitio visitado el 09/12/2020. 
[2] Velasco Carretero, Manuel. Máquina trituradora de niños. 2016. Sitio visitado el 09/12/2020. 
[3] informe TIMSS 2019. Documento acceso disponible el 09/12/2020. 
[4] El estudio analiza también el clima escolar, que destaca valores positivos en el caso de España. El alumnado español tiene más sentido de pertenencia al centro que las medias de OCDE y UE, con índices respectivamente de 10,4, 9,8 y 9,6. España presenta mejores niveles de disciplina (10,6), según directores y directoras de centros, que el promedio OCDE (9,9) y la media ponderada UE (9,8), así como de seguridad y orden, según los profesores de matemáticas (11,2 en España, 9,9 en la media OCDE y 10 en la media ponderada UE). 
[5] Este estudio analiza cada cuatro años el rendimiento de los alumnos de 4º de Primaria en matemáticas y en ciencias. La última edición se llevó a cabo durante la primavera de 2019 entre alumnos de 58 países. 
[6] Velasco Carretero, Manuel. Informe TIMSS 2019. Educación, Formación y Empleo. 2020. Sitio visitado el 09/12/2020.
[7] Castilla y León es la Comunidad que mejores resultados logra (535 puntos) seguida de Asturias (534), La Rioja (531) y Madrid (523). La comunidad con mayor bajada en ciencias ha sido la de Madrid, que ha caído 16 puntos respecto a 2015 (de 539 a 523 en 2019), seguida de Castilla y León, que baja 11 puntos, de los 546 a los 535, aunque mantiene el primer puesto. 
[8] De los tres dominios de contenidos de ciencias, los estudiantes españoles obtienen los resultados más altos en ciencias de la tierra (518 puntos), seguido de ciencias de la vida (514) y ciencias físicas (503). En los dominios cognitivos evaluados en ciencias, el rendimiento más alto se obtiene en conocimiento (514 puntos), seguido de aplicación (511) y razonamiento (507). 
[9] El informe incluye además la ampliación de muestra, a petición suya, de cinco Comunidades Autónomas y de las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla. Las comunidades con mejores resultados en matemáticas son Castilla y León (528 puntos) y La Rioja (527). Esta última comunidad y Asturias mejoran sus resultados respecto a 2015, al sumar nueve y dos puntos respectivamente. 
[10] En ciencias, el rendimiento medio de los estudiantes de España (511 puntos) es similar al de Italia y Chipre, pero se sitúa a 15 puntos del promedio de la OCDE (526) y a tres de la media ponderada por la población de cada país de la UE (514). Respecto a 2015, ha bajado siete puntos, aunque sigue seis por encima de los niveles de 2011 (505 puntos). 
[11] Por sexo, la brecha de rendimiento en ciencias entre alumnos y alumnas tiende a reducirse en España, salvo en ciencias físicas, donde los alumnos obtienen de media ocho puntos más que las alumnas. En matemáticas, sin embargo, se observa un incremento de esta brecha, tanto en la OCDE (de cuatro puntos de diferencia a favor de los alumnos en 2015 a nueve en 2019) como en España (de 12 a 15 puntos). 
[12] Por otra parte, el 75% de los estudiantes españoles ha tratado los temas de matemáticas propuestos en el estudio, según indican los profesores entrevistados, una cifra similar a la de la UE. En ciencias, el 67% de los estudiantes ha tratado en clase los temas propuestos, 12 puntos más que la UE. 
[13] En el caso de España, el informe no revela diferencias significativas de rendimiento entre alumnado de centros urbanos y rurales, de localidades más pobladas o menos pobladas, así como de alumnado nativo y no nativo una vez descontado el ISEC.