sábado, 23 de noviembre de 2019

Violencia contra toda la Humanidad

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Pasado mañana se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Me atrevo a afirmar que en mi país, cualquier persona de bien, sea conservadora, liberal o progresista, coincide con la Comisión Europea (CE) en que la violencia contra las niñas y las mujeres constituye una atroz violación de los derechos humanos que se perpetra de manera generalizada en todo el mundo. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, un tercio de las niñas y las mujeres han sufrido algún tipo de violencia en algún momento de su vida y, probablemente, esa cifra tan solo sea la punta del iceberg, pues este tipo de agresiones pocas veces se denuncian, por el mutismo, la estigmatización y la vergüenza que las rodea. Como consecuencia de ello, sus autores suelen quedar impunes. 

La Unión Europea (UE)[1] aprobó la Directiva sobre los derechos de las víctimas, que amplía el alcance de los derechos de las víctimas de cualquier tipo de delito y mejora su protección. Con arreglo a sus disposiciones, las personas más vulnerables, como las víctimas de violencia sexual, de violencia de género o de violencia en las relaciones personales, disponen de servicios de apoyo especializado. Dicho apoyo incluye ayuda específica e integrada y asistencia y asesoramiento para la superación del trauma, así como acceso a centros de acogida en el caso de las víctimas que necesiten un lugar de refugio seguro. La CE supervisa atentamente la aplicación de esa Directiva en los Estados miembros y ha adoptado medidas contra los que no han transpuesto plena o correctamente las normas de la UE. 

Por otro lado, la UE[2] reconoce que la trata de seres humanos es un tipo de violencia contra las niñas y las mujeres, y esa lacra sigue siendo objeto de importantes actuaciones en el contexto del marco jurídico y estratégico de la UE, al amparo del mandato transversal del Coordinador de la UE para la lucha contra la trata de seres humanos (compendio de 2012-2016 y 2017-2018). Por otra parte, el Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE) recientemente ha publicado una nueva Guía de evaluación de los riesgos, destinada en primer lugar a la Policía, que permitirá mejorar la colaboración entre las fuerzas y cuerpos de seguridad y los profesionales sanitarios para prevenir los episodios repetidos de violencia doméstica y salvar vidas. En vísperas del 25 de noviembre, la CE y la alta representante, Federica Mogherini, han formulado la declaración "Basta de violencia contra las mujeres". "La violencia contra las niñas y las mujeres es violencia contra toda la humanidad, y no debe tener cabida ni en Europa ni en ningún otro lugar"[3].

Como prioridad en su acción exterior, la CE informa que está ultimando los preparativos de la adhesión de la UE al Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, el primer instrumento que establece, en Europa, normas jurídicamente vinculantes para prevenir la violencia doméstica y la dirigida contra las mujeres, proteger a las víctimas y castigar a los culpables[4]. En asociación con las Naciones Unidas, la UE ha puesto en marcha la Iniciativa Spotlight, una iniciativa plurianual de alcance mundial centrada en la eliminación de todas las formas de violencia contra las niñas y las mujeres. La Unión ha realizado una inversión inicial sin precedentes, de 500 millones de euros, con el fin de amparar y dar voz a aquellas niñas y mujeres que han sido silenciadas por sus sociedades y que ahora quieren hacerse oír[5]. Fuente de la información: CE.
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[1] La Unión Europea ha adoptado medidas de gran calado para poner fin a este tipo de violencia, entre otras: 1. La Directiva de la UE sobre los derechos de las víctimas de delitos, que amplía el alcance de tales derechos, mejora su protección y prevé apoyo especializado para las víctimas de la violencia sexual o de género. 2. La Comisión está finalizando los preparativos para la adhesión de la UE al Convenio de Estambul del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. 3. El programa «Derechos, Igualdad y Ciudadanía» contribuye a la lucha contra la violencia ejercida sobre los niños y las mujeres mediante la financiación proyectos de base centrados en la prevención de la violencia de género, el apoyo a las víctimas y a las niñas y las mujeres en situación de riesgo, la formación de profesionales y la capacitación de los servicios competentes. 
[2] La UE también ha extendido más allá de las fronteras de la UE nuestra lucha contra la violencia que padecen las mujeres. Durante los dos últimos años, se ha prestado auxilio a más de 1,5 millones de niñas y mujeres, en concreto protección y asistencia relacionadas con la mutilación genital femenina. La labor de prevención ha sido fructífera: unas tres mil comunidades (cerca de 8,5 millones de personas) han declarado que van a abandonar esa práctica. En lo que respecta al matrimonio infantil, la UE ha emprendido una serie de iniciativas destinadas a cambiar las actitudes y las prácticas en materia de derechos de las niñas, y la campaña correspondiente ha llegado a más de 1,6 millones de personas 
[3] "La violencia contra las niñas y las mujeres es violencia contra toda la humanidad, y no debe tener cabida ni en Europa ni en ningún otro lugar. A pesar de nuestro compromiso, sabemos que aún estamos lejos de ganar este desafío.
La violencia contra las mujeres se da en todas partes, no hay lugares seguros, ni siquiera en casa. Al contrario. Las mujeres son víctimas de violencia tanto en casa como en sus lugares de trabajo, en las escuelas y universidades, en la calle, en las situaciones de desplazamiento y migración, y cada vez más en internet a través de la ciberviolencia y la incitación al odio.
La magnitud del problema sigue siendo alarmante: en Europa, una de cada tres mujeres ha padecido alguna agresión física o sexual; en la UE, prácticamente todas las víctimas de trata con fines de explotación sexual son mujeres o niñas.
En los países en desarrollo, una de cada tres jóvenes contrae matrimonio antes de cumplir los dieciocho años. Al menos 200 millones de niñas y mujeres han sido víctimas de la mutilación genital femenina, que se sigue practicando en unos treinta países.
Es responsabilidad de la UE y de la comunidad internacional mantener nuestro compromiso de prevenir, rechazar y condenar abiertamente todos los actos de violencia contra las mujeres.
También es nuestro deber apoyar y proteger a las víctimas con la creación de un entorno seguro en el que puedan denunciar a sus agresores.
La Unión Europea se ha comprometido a seguir trabajando sin descanso con nuestros socios para reforzar los marcos jurídicos e institucionales mediante el apoyo al desarrollo y la educación, la mejora de los servicios para las supervivientes, el tratamiento de las causas profundas de la violencia y la promoción del empoderamiento femenino.
Pero para poner fin a la violencia contra las niñas y las mujeres hace falta un compromiso firme no solo a nivel institucional; exige la implicación de organizaciones internacionales, ONG y la sociedad civil en general. Y, sobre todo, de los hombres.
Por lo tanto, nuestro objetivo sigue estando claro: acabar con la violencia contra las niñas y las mujeres. La Unión Europea se mantendrá al frente de esta movilización internacional para defender los derechos de todas las mujeres y todas las niñas a vivir libres y seguras. Lo hacemos por nuestro futuro y nuestro presente, porque las mujeres son el pilar de sociedades justas, abiertas, desarrolladas y democráticas, y nada debe privarles de la libertad de desempeñar su papel con libertad y seguridad».
[4] Los poderes públicos están obligados a actuar ante todas las formas de este tipo de violencia y a adoptar las necesarias medidas de prevención, protección de las víctimas y enjuiciamiento de los agresores. 
[5] Durante 2017 y 2018, la UE habría destinado más de 62 millones de euros en ayuda humanitaria a la prevención y la respuesta a la violencia sexual y de género en todo el mundo en el marco de su programación en materia de salud y protección.