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Para la dirección general, el futuro de la Seguridad Social en primer lugar pasa por identificar los retos, principalmente los relacionados con la transformación de la realidad: el envejecimiento de la población y la incorporación de los baby boomers al sistema, que provocarán el incremento del gasto, especialmente preocupante entre el 2030 y 2040. En el entorno económico-productivo, la digitalización, que ya afecta intensamente a la Seguridad Social por el encuadramiento de los nuevos trabajos en los Regímenes del sistema. Asimismo, y ya en otro nivel, la situación de un mercado de trabajo exige un reto "mayúsculo" para abordar los problemas no solo de temporalidad, sino de inestabilidad. "Corregir esa tendencia es imprescindible para garantizar la sostenibilidad el Sistema".
Según la SS, el punto de partida para preservar la sostenibilidad democrática de las reformas es que cuenten con el mayor grado de consenso con los interlocutores sociales y los grupos políticos. Esto es lo que implica de forma más intensa a todas las generaciones. También, existe la posibilidad de reducir una parte de la cotización al desempleo para transferirlo a pensiones y reequilibrar así la entrada de dinero, así como mentalizar a los jóvenes de que hay que empezar a cotizar y a generar derechos desde el inicio de su formación. Finalmente, en la medida en que la asistencia sanitaria de la Incapacidad Temporal por contingencias comunes es responsabilidad de las comunidades autónomas, hay que buscar la cooperación con éstas para el reconocimiento y control de la prestación. Fuente de la información: SS.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Luces y sombras de la mochila austriaca. Sitio visitado el 16/07/2019.