sábado, 6 de abril de 2019

Entre benedictinas y benedictinos

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Un tanto desangelada la semana profesional, con regusto de pesados sentimientos encontrados, de regreso al hogar, que propició rememorar una hora y pico de footing (que no running), a lo meditabundo, similar al que te conté hace más de una década en el texto del mismo título[1], con el cd de las Madres Benedictinas de fondo y su Antiphonae. Salve Regina, donde suelo cavilar sobre la semana que termina, rumiando lo profesional, lo personal, lo físico, lo emocional y lo espiritual, para pasar al Offertorium Ave María, Alleluia Tota Pulcra y el Hymnus Ave Maris Stella, tempo en el que transito hacia la objetividad, emprendiendo un vuelo imaginario, marchando y elevándome delante de mí mismo, hasta llegar al Hymnus Angulares Fundamemtum, melodía sencilla y llena de dulzura, con sus cadencias (balanceo muy marcado que aporta frescura a mis cansadas piernas), propiciando un clima de paz interior y felicidad. Ayer me animé hasta Domum Tuam y la bella Zachaée, cavilando en la importancia de ser honrado también en lo profesional. 

Después de una ducha, me “maqueé” un poco y decidí brindar por el camino que la providencia día a día me propone transitar. El vino elegido para la ocasión es 200 Monges[2], un reserva 2010 de Bodegas Vinícola Real, regalo de Juan (Gracias), que andaba cogiendo polvo en el botellero y que tuve la precaución de descorcharlo antes de iniciar el trote reflexivo. Coupage de tempranillo, graciano y garnacha, con el típico color cereza a los ojos y frutos rojos al olfato, se percibe su potencia, sabrosura, complejidad y armonía en el gusto. En cuanto a la institución vitivinícola que lo elabora, se lee en su sitio web que fue fundada en el año 1989, por Miguel Ángel Rodríguez, en Albelda de Iregua, con unas instalaciones vinícolas construidas cerca de la capilla de Santa Catalina, única parte que se conserva del Monasterio de San Martín de Albelda, que en sus inicios se dice que, al igual que las Madres Benedictinas antes referenciadas, seguía la regla de Benito de Nursia. Parte de este texto también se ha editado en el sitio VINOPOST, bajo el título “200 Monges”.
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[1] Ver “Footing meditabundo”. Velasco Carretero, Manuel. 2005. Sitio visitado el 06/04/2019.
[2] Benedictinas en lo musical y benedictinos en lo vinícola; se ve que estaba en modo “espiritual”.