Fuente: MICyT |
La tarde del miércoles la pasé hojeando el informe trimestral sobre competitividad en mi país, correspondiente al segundo trimestre de 2018, elaborado por la Subdirección General de Estudios y Evaluación de Instrumentos de Política Comercial. Dirección General de Política Comercial y Competitividad, Secretaría de Estado de Comercio, Ministerio de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de España (MICyT), bajo la dirección ejecutiva de Inés Pérez-Durántez Bayona (si quieres acceder al documento, clickea AQUÍ).
Según el MICyT, el índice de Tendencia de la Competitividad (ITC) calculado con el Índice de Precios de Consumo (IPC), en el segundo trimestre subió un 0,3%, lo que supone un cambio de tendencia tras dos trimestres de mejora de la competitividad frente a la UE. Esta pérdida de competitividad se debe casi en exclusiva a la apreciación del euro frente a las divisas de aquellos países comunitarios que no pertenecen a la zona euro, como pueden ser la corona sueca, la libra esterlina o el zloty polaco.
Si se compara con la OCDE, el ITC ascendió un 3,2% a pesar de la mejora de competitividad española gracias a una evolución de los precios en España más moderada que en la OCDE, que sólo pudo compensar de forma muy limitada la sensible apreciación del euro frente a las principales monedas de esta zona[1]. Una evolución muy similar muestra el ITC en relación con los países BRICS[2], que aumentó un 3,8% interanual en el segundo trimestre (Fuente de la información y de la imagen: MICyT).
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[1] Como el franco suizo, el dólar americano y en menor medida el yen japonés y el won coreano.
[2] Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.