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Dicen que en mi país la temporada de la sardina empieza en mayo y termina en octubre. Pues bien, aunque estamos en enero, siempre que me entra por los ojos este pescado y puedo, lo compro, porque al querubín le encantan albardadas. "Chuches" de sardinas, llamo al plato. Es un poco entretenido prepararlas pero compensa. Que no sean ni muy grandes ni muy pequeñas. Se limpian y se eliminan las espinas centrales y las laterales de mayor tamaño.
Después se lavan los filetes con agua fría y se secan. Seguidamente, se enharinan los filetes y se bañan en huevo batido para después freírlos en aceite de oliva virgen extra caliente. Me gusta incorporarles trocitos diminutos de ajo y de perejil. Finalmente, se colocan sobre papel absorbente para hurtarles el presumible exceso de aceite. Te dejo un vídeo, subido a Youtube por La Empana Light de Bego, con el procedimiento de sardinas rebozadas[1]. Fuente de la imagen: elaboración propia.