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Con el fin de neutralizar el monstruo de las distracciones e invitar a la concentración y a la productividad, Hallowell elaboró un programa con cinco hitos, en torno a la energía, las emociones, el compromiso, la organización y el control. Respecto a la energía, apunta el seguimiento y vigilancia de su continuo abastecimiento a mis órganos vitales, sobre todo al cerebro. En este sentido, dormir adecuadamente, comer nutrientes para vivir (no vivir para comer), realizar ejercicio físico periódicamente y meditar, son hábitos muy probos. En cuanto a las emociones, debo procurar conocer las positivas y las negativas; en una frase: "conocerme anímicamente", para aprender a maniobrarlas en el trabajo (y fuera de él).
Asimismo, si no estoy interesado en las tareas o actividades que realizo, es difícil que me encuentre comprometido con lo que hago. En ese caso, debería meditar aspectos como qué es lo que realmente me gustaría ejecutar, en qué despunto y de qué manera lo anterior puedo reorientarlo al trabajo actual que tengo entre manos[2]. Finalmente, una planificación semanal, junto a una programación diaria[3] y un control transversal que permita atenuar fantasmas como pueden ser los ladrones de tiempo, influirán muy positivamente en el incremento del grado de eficacia y de eficiencia en los procesos, actividades o tareas en las que participo o coordino (Fuente de la imagen: sxc.hu). Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Edward M Hallowell. Driven to Distraction at Work: How to Focus and Be More Productive. Editorial Harvard Business Review Press. 2015.
[2] O entre ceja y ceja.
[3] De lo que se pueda prever, se entiende.