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Permíteme que sea pesimista y no me quito la sabia moraleja que te apunté en el post referenciado en el primer párrafo: “poner al zorro a guardar las gallinas”. Como muestra, un botón extraído de la misma introducción: en la Mesa del Diálogo Social, los que han cocinado y coordinado todo el cotarro en las últimas décadas, se permiten declarar que el desarrollo del último acuerdo de formación profesional para el empleo muestra, entre otras debilidades, la deficiente coordinación del conjunto del sistema. Presunta caradura ¡A buenas horas mangas verdes![2] En síntesis, para no cansarte, te transcribo[3] que al leer el RD tengo la sensación que presumiblemente se ha reformado el gallinero, pero manteniendo al zorro. Parafraseando la reflexión de P. Álvarez y Á. Cozar[4], “todo cambiará para que todo siga igual”, se cambian las “aristas” del presunto triangulo de la corrupción que hasta el momento ha estado formado por las organizaciones empresariales, las sindicales y algunas consultoras sin escrúpulos, sin pararse a pensar que el problema son “las aristas”. En fin. Las aristas del problema o el problema de las aristas (Fuente de la imagen: Wikimedia Commons).
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2014). ¿Te da cuen? Sitio visitado el 31/03/2015.
[2] Por no decir lo de ¡Manda huevos!
[3] Transcribo lo que te adelanté en junio de 2014, post ¿Aristas corruptas? Sitio visitado el 31/03/2015.
[4] Pilar Álvarez y Álvaro Cozar (2015).“La gran estafa española”, con el expresivo subtítulo “La corrupción ha marcado la historia de los cursos de formación, un sistema de miles de millones que en muchos casos financia ilegalmente a los agentes sociales”. Diario El País.