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Así nos va. Tal vez Alfonso leyó la cita que se le atribuye a Emil Cioran: “la mentira es una forma de talento” y le sirvió como presunta línea argumental de su libro, pero debería haber leído antes frases como la imputada a Baltasar Gracián: “El mentiroso tiene dos males: que ni cree ni es creído”. Dice Alcántara que debo tomarme "la vida profesional como algo personal", obviedad que comparto. En cuanto a la definición de “superprofesional”, “ser una persona que se marca objetivos y no se pierde por el camino, pues los persigue hasta que los alcanza”, pues vale, sin problemas. Lo que ya empieza a oler un tufillo a malas artes, mentiras y… es cuando aboga por la falsedad, no decir la verdad y otras hierbas malolientes, que no aromáticas en el buen sentido.
Ese hedor se hace cada vez más insoportable conforme voy leyendo lo escrito por Inma, de forma que me anula algunas ideas que podrían ser interesantes, como la alusión a la marca personal, reinventarse o cómo empezar un curriculum. Estimado Alfonso, pienso que es una línea argumental desafortunada, que puede generar o acrecentar enfoques dañinos en aquellos jóvenes que lean esos pensamientos y que todavía no atinen a separar el grano de la paja, por lo que rectificar dicen que es de sabios. Termino recomendando a todas las personas que comulguen con lo que defiende Yoriento acerca de la mentira, la siguiente expresión asignada a Aristóteles: “El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad”. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Sitios visitados el 3/02/2015.
[2] Zamora, Inma. Una entrevista de trabajo es una conversación entre dos mentirosos. ABC. 2015. Sitio visitado el 13/02/2015.