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Pero no lo interpretes como generador de caos descontrolado,
sino como propiciador de climas armónicos, de equilibrio, de delegación y autonomía
en la gestión-ejecución y toma de decisiones por el equipo. Sabes que es difícil, por no decir imposible, que un
gerente, directivo, jefe, coordinador… con la que está cayendo hoy, lo tenga
todo meridianamente claro y, mucho menos, sea “perfecto”, por lo que hay que ser
transparente y descubrirse ante el lógico, humano, desconocimiento de lo concreto,
básico o puntual, generando la decisión en tu subordinado o colaborador. Por otro lado, si le digo a los componentes del equipo todo
lo que deben hacer, con lujo de detalles, les estoy coartando, limitando y
a medio plazo frustrando.
Debo arriesgarme a que mi colaborador o colaboradora
pueda tomar una decisión que no coincida con la que yo hubiera tomado elegido, con independencia que el resultado siga siendo satisfactorio. Por tanto, en mi actividad ejecutiva, a veces utilizo dosis premeditada de
palabras o frases que posibiliten más de una interpretación, de un camino, y catalizador de un rico, variado, flujo de discernimiento, creatividad y acción. A su vez, lo anterior garantiza un ágil y receptivo tránsito
grupal hacia el inestable o inconstante horizonte prefijado. Si puedes,
disfruta de un reparador fin de semana (fuente de la imagen: sxc-hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: DigiPD en pixabay.
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[1] Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española.