Fuente de la imagen: rvs/2011 |
Como anillo al dedo viene a ser el título del artículo de Carmen
Sánchez-Silva en El País, “Economía de guerra”[1], para describir la actual situación
económica y social en mi país (España). Interpretando a Chris Trueman[2], se denomina
economía de guerra a la que se aplica en momentos históricos de fuertes
convulsiones violentas o en periodos de extrema autarquía. Entre las actuaciones fundamentales, se encuentran el control
exhaustivo de la política monetaria que evite los procesos de hiperinflación, favorecimiento
de la autarquía, medidas
de ahorro del consumo energético, cambios en la política agrícola que dirigen
los cultivos y la industria transformadora hacia la producción de grano y, en
general, cultivos que aporten una alta cantidad de hidratos de carbono…
¿Cómo puede subsistir un país donde uno de cada cuatro
habitantes se encuentra en paro, que vive un proceso de empobrecimiento de su
sociedad, en el que la renta media desciende, no existe convergencia con la evolución
de los precios y las desigualdades sociales crecen a la velocidad de la luz? Si no fuera por las redes familiares, ya estaríamos dándonos
de tortas en la calle por un mendrugo de pan. Pero a las familias se les agotan
los recursos y si el gobierno de turno no actúa con políticas de empleo no
activas, sino efectivas, y otras básicas baterías de acciones para regenerar la
economía, caminamos hacia un tremendo desenlace (Fuente del dibujo: elaborado
por un peque de siete años en diciembre de 2011, imagen utilizada como presentación del recopilatorio "En el fragor de la batalla"[3]).
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[1] Sánchez-Silva, Carmen. Economía de guerra. El País. 2012. Sitio visitado el 28/10/2012.
[2] Trueman, Chris. "The Nazis and the German Economy". History Learning Site. 2012. Sitio visitado el 28/10/2012.
[3] Velasco Carretero, Manuel. En el fragor de la batalla. 2011. Sitio visitado el 28/10/2012.