Fuente de la imagen: archivo propio |
Según Michael Bassey[1], una clase magistral es un momento formativo llevado a cabo en un aula universitaria por un profesor acreditado. En las
universidades antiguas solía consistir simplemente en una lectura comentada.
Actualmente, la lección o enseñanza puede incluir asimismo medios audiovisuales. He introducido esta definición en el inicio del post, porque a través de tres vías de contactos, a lo largo de este año y recientemente, me han llegado sendas
propuestas para postularme u optar a la selección de profesor o docente para
impartir “clases magistrales”, en proyectos teleformativos de distintos promotores, pero con el nexo común del uso de la última tecnología y métodos en materia de elearning.
Agradeciendo las ofertas y las personas que me la han trasladado, supongo que algo verán en este
desecho de imperfecciones, he estado toda la semana dándole vueltas a lo de “clase
magistral”, hasta el punto que me fui a escuchar a alguna compañera,
mientras impartía su programa formativo al alumnado. Oía a la docente cómo iba desbrozando el mensaje a través de
una disertación genuina y continua, utilizando medios audiovisuales como ayuda
o refuerzo y ocupando la mayor parte del tiempo a modo de monólogo, mientras
los alumnos y alumnas escuchaban y anotaban frases, ideas, en sus cuadernos. Pensé, que ahí tenía el vivo ejemplo de una clase magistral.
También ayer, subido en el teleférico de Benalmádena que me
llevaba enlatado a la cima del Monte Calamorro, uno de los enclaves más elevados de la
Costa del Sol, casi 800 metros de altura sobre el nivel del mar y con unas
estupendas vistas de las playas de Málaga (España), Sierra Nevada, Gibraltar y la Costa
Africana, recordé los magníficos momentos de transmisión de conocimientos de
todos aquellos profesores y profesoras que han dejado una imborrable huella en
mi ser. Medité que esos instantes de fluidez realmente habían sido clases magistrales. Pero no te confundas. Si bien las clases de todo buen
profesional de la docencia deben considerarse magistrales en el sentido genérico, con independencia de que
utilice un retroproyector.
O el último grito en tecnología, no siempre la práctica de disertación en plan monólogo es la idónea, ya que en ocasiones la participación del alumnado es fundamental. Asimismo, mucho cuidado con las clases "pseudoenlatadas" mediante la técnica disponible en cada momento, por muy magistrales que sean catalogados sus ponentes y por mucho marketing que se envuelva al producto (para eso me voy a Youtube y escucho y veo clases enlatadas gratis). Te dejo una foto del
paseo en teleférico, intentando captar y percibir un instante infinitesimal de la clase magistral que me daba la Vida. Si quieres más clickea AQUÍ. Fuente de la imagen: archivo propio.
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[1] Bassey, Michael. Learning methods in tertiary education. Internal paper. Ed. Nottingham Regional College of Technology 1968.