Fuente de la imagen: archivo propio |
No sé si será porque era por la tarde o por septiembre o por
la crisis, el caso es que me encontré el recinto con menos personal y clientela que en otras ocasiones. Tampoco
me gustó que desde las cinco y pico estuvieran recordando por megafonía la hora de salida
(las seis) y quince minutos antes cerraran los grifos y empezaran a invitar
para que nos saliésemos de las piscinas. ¡Jopé! ¡Que he pagado baño hasta las seis!
Por lo demás, resalto la proactiva charla con varios
estudiantes acerca de qué hacer después de la licenciatura o del máster.
Difícil cuestión y debate. Lo tenemos crudo todos y ellos más. Les sugerí que
localizaran prácticas interesantes relacionadas con su especialidad, pero sin
cerrar puertas a otras usanzas colaterales. Que su mente fuera una esponja y
estuviera abierta y que por mucha facultad o escuela de negocio, la mejor
universidad es la propia Vida.
Me preguntaron qué haría yo si tuviera sus edades. Intenté
ponerme en su lugar y me imaginé dándole caña a los idiomas en países extranjeros y buscando experiencias no en divisiones de multinacionales
o entidades estrellas o de exitosos emprendedores, sino en empresas con
dificultades o pequeñas unidades de negocio, cuyos líderes y equipos trabajan como ese grupo de pájaros bregando en la copa de un árbol cimbreado por un fuerte viento.
Ahí, al lado de ese puesto de gerencia, directivo, secretaría general,
coordinador, ejecutivo… y sus respectivos equipos, lidiando los imponderables, despropósitos… tomando
decisiones, rectificando y volviendo a rectificar, mientras de la chistera no
sólo salen conejos, sino, también, liebres, cerdos, serpientes y alimañas (fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Parque Acuático Mijas. 2009. Sitio visitado el 05/09/2012.