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Fuente de la imagen: genesis3g en pixabay |
La "sangre", mejor dicho, el "código fuente", no llegó al río. Rico pero intenso, el debate que tuve la oportunidad de escuchar
ayer, entre amigos ingenieros e informáticos, sobre el
software libre. Varias conclusiones las que saqué de la tertulia. También, por fin caí en la cuenta que “libre” no significa “gratis”. Error propiciado por el desconocimiento o la ambigüedad de la palabra “
free”.
Los programas libres, o
software libre, respetan la libertad del que los usa sobre lo que compra, para trastearlo todo lo que quiera, ya sea copiarlo, modificarlo y volver a distribuirlo. Claro que algunos de estos productos te pueden salir gratis, pero por supuesto que te pueden costar dinero y eso es lo usual. Tampoco debemos caer en la confusión de “libre” con “público”.
Este último término es el que no necesita licencia, porque su creador la ha donado a la humanidad o porque sus derechos de autor han expirado.
El vídeo, subido a Youtube por romerarap1, registra parte de la disertación del inventor, Richard Stallman, en las jornadas de software libre en Ciudad Real (España), donde se aclara la posible confusión de los términos.
También, te dejo la presentación, alojada en SlideShare por Baratz, con el esquema de la ponencia de Ricardo Eito-Brun: "El software libre y las relaciones usuario-proveedor: cambios de paradigma bajo el nuevo modelo", dentro del marco de la Jornada Software Libre, organizada por Baratz-EPI en Madrid (España), el 29 de marzo de 2012. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: genesis3g en pixabay.