De sol a sol. En el cómputo global me considero satisfecho, pero día ajustado el de ayer. Doce horas intensas de esas que te dejan huella.
Tuve que cruzar varias veces por la Plaza de la Constitución de Málaga (España) y me entristecí al ver la acampada de los del 15-M.
Cuando se inició el movimiento, germinó la ilusión al pensar que podría florecer otra forma de hacer política por la masa, la sociedad, que somos casi todos.
Los cuatro puntos de los manifestantes, reforma electoral, lucha contra la corrupción, separación de los poderes públicos y mecanismos de control para exigencia de responsabilidad política, eran proclamas que están en los corazones de las gentes de bien, ya sean conservadoras o progresistas.
Sin embargo, al mirar a las personas que estaban acampadas no encontré el policromo social de los primeros días, sino casi un solo monocromo colectivo.
Por otro lado, las percibí desorientadas, sin sentido, como si estuvieran perdidas, sin rumbo, o ese espíritu inicial que nos ilusionó, hubiera descarrilado.
Cambié de trayectoria y me topé con las miradas amargadas de las empresas ubicadas en los aledaños de la explanada. Pensé que ese lienzo tampoco es el que pretendían dibujar los corazones que iniciaron el movimiento.
Te dejo un vídeo, subido a Youtube por spanishrevolutionsol, con el parecer de los comerciantes de la acampada de sol, opiniones que presiento no son compartidas en su totalidad por los titulares de los negocios de la zona que transité.
Sería bueno que ese desorientado, perdido, descarrilado espíritu de la democracia real, se recuperara, porque algo está cambiando en la sociedad que vivimos y necesitamos un mundo distinto, mejor.