lunes, 1 de noviembre de 2010

Síntoma de Pérdida de Atención

Fuente de la imagen: archivo propio
Empezamos noviembre y a tiro de piedra se encuentra la noche vieja. Tengo en cartera un porrón de cosas que hacer antes que termine el año. A ver cómo me las apaño. Cambiando de tema, en relación al postLocos peligrosos[1], me escribe Anton que más que “locos” pondría “enloquecidos” por el Síntoma de Pérdida de Atención, SPA, enfermedad infecciosa en réplica al entorno económico crítico actual (Gracias, Anton).

Al convivir de forma brusca y continuada con dificultades que no se está experimentado o preparado para resolver, quedas enclaustrado en un perímetro de ejecución de escasos matices, como si estuvieras en una película en blanco y negro, y actúas en consecuencia.

Los ejecutivos que padecen de SPA, tienen problemas para coordinarse y armonizarse, tener preferencias, aplicar raciocinio, lógica, gestionar el tiempo. Como dice Anton, se les va la olla, viven en otro mundo y no se dan cuenta de ello.

En fin, para evitar SPA, este fin de semana largo, me he ido con unos amigos a un pueblo del Valle del Genal, en la Serranía de Ronda,  llamado Alpandeire, conocido también por el Fray Leopoldo del mismo nombre y que recientemente ha sido beatificado.

Allí he platicado con personas de mi agrado, he realizado ejercicio físico y me he desconectado del móvil y del correo electrónico. Sólo he respetado el encuentro matinal contigo. Te dejo una foto. Si quieres ver el resto de instantáneas, pincha AQUÍ. Que el mes que ahora comienza te sea propicio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Locos peligrosos. 2010. Sitio visitado el 01/11/2010.