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Estuvimos todo el jueves pasado, intentando comunicar un siniestro doméstico (fuga de agua) a la compañía de seguros (Línea Directa). Imposible. Todos los "atendedores" estaban ocupados. Al final de la tarde, me armé de paciencia y después de casi veinte minutos escuchando la maldita música, saltó “un momento, por favor”, presuntamente humano y luego se prorrogó la espera.
Cuando estaba a punto de desistir, la presunta voz humana me atendió. El resultado de las gestiones probablemente te lo comentaré uno de estos días, porque tiene mandanga la cosa. Qué te voy a decir sobre las actuales relaciones impersonales intermediadas por la técnica, desde el uso de un email en vez de hablar con el compañero que tienes al lado, hasta la tele-compra.