Esta mañana pensaba escribirte sobre un caso práctico de liderazgo. Después de leer el reportaje de Luis Gómez en El País, sobre Vicente Del Bosque, “El triunfo del hombre bueno”, no me resisto a parafrasearlo porque viene como anillo al dedo y complemento al post “Eligieron ser buenos”, que redacté hace unos días. Así que cambio el contenido, pero no el mensaje. Si eres un sufrido seguidor de este blog, sabes que soy seguidor de Luis Aragonés, aunque el reciente mundial de fútbol ha propiciado rendirme ante la evidencia: “Vicente es un señor”. Lo dice Cruyff y otros entrenadores.
Del interesante y documentado artículo, te transcribo la opinión de Francisco Mesonero Fernández de Córdoba, director general de la Fundación Adecco y experto en recursos humanos: "Se podría decir que Del Bosque cumple con el perfil del líder del siglo XXI. Ha sabido dirigir y crear un equipo humano con los valores y la actitud que exige la sociedad actual. No avasalla con sus decisiones, sino que convence y da seguridad con su templanza. Del Bosque ha sabido repartir papeles haciendo sentir a todos que eran parte de la victoria y parte de la derrota. Se ha cumplido de esta forma con una de las teorías en la gestión empresarial y gestión de los recursos humanos que más importancia tiene en la actualidad: la orientación hacia los grupos de interés, es decir, hacia sus jugadores, técnicos, personal de apoyo, afición, periodistas y especialmente a sus rivales, a quienes siempre ha demostrado el máximo respeto, tanto a través del juego de sus jugadores como fuera del terreno de juego".
Finaliza Gómez el texto con la siguiente frase: “Se impone por un momento la moda Del Bosque. La línea recta” (foto de Vicente; fuente: Wikimedia Commons).