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No ha sido fácil estos últimos años. Ya sabes, seguir los consejos de Madre Teresa de Calcuta (ver post Aspiración íntima), es complicado en la actividad que realizo, pero no debemos desfallecer, ya que la garantía de una sociedad justa es una economía responsable. Como decía una persona que respeto, “alguien me debe querer mucho en el Cielo, porque no para de ponerme pruebas cada vez más difíciles en la Tierra”. La verdad es que la complejidad que acarrea la dirección de proyectos singulares, de sensible encaje y entendimiento, aderezados por la enrevesada situación económica y social actual, unido a la necesaria obtención de márgenes brutos y netos, así como resultados después de impuestos, dibujan un lienzo de profundo, silencioso y discreto sufrimiento operativo. En toda esta selva, es arduo mantener el tipo, es decir, ser un buen coordinador de equipos, jefe, directivo o ejecutivo.
Con demasiada frecuencia, los que cargan con estos roles, en situaciones complicadas, se vuelven menos conscientes de los sentimientos y necesidades de los demás. Para no caer en esta trampa, se debe potenciar la información descendente sobre lo que realmente está pasando, explicando de forma clara y sencilla la situación. Finalmente, sé humano con los que, por una u otra razón, sufren o tienen que dejar el barco, mantenles la dignidad. Al final, gozarás de la lealtad y el reconocimiento del manojo de buenos profesionales que has tenido la suerte de coordinar o dirigir y de contadas instituciones que verdaderamente han arrimado el hombro. El resto de individuos internos o externos al proyecto, lo más probable es que ignoren los resultados tangibles e intangibles conseguidos, taparán las cosas buenas que se han logrado o te colgarán errores o desajustes que no te corresponden. Pero todo eso es la vida misma ¿no crees? (imagen de gifs-animados.net). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: geralt en pixabay.