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Por otro lado, apuntaba en el post "Pastor y porquero"[2], que nos enseñan en caros cursos de escuelas de negocios que con un maquillaje excesivo, unos modales aprendidos y unos ángulos bien escogidos podemos eliminar o, al menos, retrasar sobremanera la detección de la verdadera cara de ese mono que llevamos dentro. No obstante, en la observación del día a día de estos presuntos "engendritos del mal", se detectan señales que pueden orientarte sobre el verdadero lado obscuro. Por ejemplo, diseño de proyectos faraónicos sin pensar en cómo se van a desarrollar o ejecutar, enfoques gerenciales muy breves o fugaces, evaluación del desempeño basado sólo en cifras, desprecio de las visiones de largo recorrido, obsesión por la fama, el poder y la riqueza, etc. Que descanses este fin de semana[3].
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Los caballeros blancos. 2007. Sitio visitado el 17/07/2009.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Pastor y porquero. 2007. Sitio visitado el 17/07/2009.