Buen sábado tengas. Sabes que llevo unos días depre, así que el viernes me refugié en la familia y en la amistad. Rememoré a María y a Josefa, lo del Viernes de Dolores y, sobre todo, cuando en esta fechas me inundaban de bacalao en todas sus variantes, desde frito hasta en tortitas, en la ciudad de Ronda y, después, también en Málaga. Os echo de menos y, ahora mismo, que os vuelvo a recordar, mis ojos se humedecen. Mamás, me hubiera gustado que mi nueva familia os hubiera conocido. Cuando ayer asistía en el colegio a la representación teatral, típica de estas fechas, y observaba a los abuelos y abuelas sentir, fotografiar, cuidar, amar, a sus nietos y nietas, me acordé de vosotras y lloré, hasta el punto que un miembro del AMPA me preguntó qué me pasaba. - La emoción -, le respondí. Después, una oportuna visita, un vino del Penedés, un bacalao, una llamada telefónica y la lectura de un correo electrónico, moldearon el siguiente pensamiento: “Avanzar con el corazón y el cerebro, pero el corazón primero, pase lo que pase, y pese a quien pese”. Hoy, tengo previsto, sentarme diez minutos, con los ojos cerrados, frente al sol de la mañana. Que los rayos me cubran el cuerpo y me regeneren emocionalmente. Lo necesito. A ti, pido que te cuides (dibujo de un peque de cuatro años).