Ayer, estuvimos con unos amigos en los Montes de Málaga, por la zona de Colmenar. Todavía quedaban restos de nieve. Ejecutamos el típico protocolo: tirarnos bolas, resbalarnos por el frío elemento y hasta la realización de ángeles con los brazos, a lo Homer Simpson.
Irremediablemente, evoqué aquella mañana de mi fría infancia, en la Serranía de Ronda, cuando me levanté y estaba todo nevado. Recuerdo que en un tronco con patas, mi hermano había construido una casita de nieve, con columna interior y todo ¡Qué manitas eres, familia!
También, rememoré de nuevo lo contado enel post Pasamontañas (M. Velasco, 2008)[1] y ahí desperté bruscamente, a lo disco rayado parado en seco, cuando transponíamos camino de la venta. Te dejo una foto. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
Irremediablemente, evoqué aquella mañana de mi fría infancia, en la Serranía de Ronda, cuando me levanté y estaba todo nevado. Recuerdo que en un tronco con patas, mi hermano había construido una casita de nieve, con columna interior y todo ¡Qué manitas eres, familia!
También, rememoré de nuevo lo contado en
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2008). Pasamontañas. Sitio visitado el 11/01/2009.