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Fuente de la imagen: El Éxito y la Felicidad (M. Velasco, 2007) |
Le respondo a su email que no sufra, que cosas peores he visto: personas sin esos títulos y con débiles historiales profesionales, aparecen dando su opinión sobre temas empresariales diversos[3], como si fueran primeros espadas de la excelencia empresarial. En ese caso, el problema no es de ellas, sino de quienes publican sus opiniones y de quienes las comentamos[4]. Risas aparte, leíamos a T. Leat (2008), When Bad People Rise to the Top[5]. Apunta que, como Casgo, también nos asombramos cuando esos directivos estrellas, de golpe y porrazo se convierten en unos corruptos y tiranos, al llegar a ser CEOs. Dice Terry, que estos ejecutivos suelen tener serios problemas de personalidad que, por una u otra razón, fueron tapados o ignorados. Para detectar a estos señores o señoras, existen unas pautas de conductas fácilmente observables: desvelo por adquirir prestigio, poder y riqueza; preferencia a desplegar estrategias admirables, sin pensar mucho en su ejecución y culminación; y la propensión al estilo directivo orientado a datos, que tapa o ignora una visión más objetiva del resultado de sus actuaciones profesionales[6]. Fuente de la imagen: mvc.
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[2] Velasco-Carretero, Manuel (2008). Puestitis. Sitio visitado el 02/12/2008.
[3] En la misma revista a la que haces referencia, Casgo.
[5] Leat, Terry (2008). When Bad People Rise to the Top. Mit Sloan. Sitio visitado el 02/12/2008.