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En estos fríos días, donde se te hielan las manos al menor descuido, debo tomar una decisión, acerca de incorporar más perfiles cualificados a determinado proyecto o, por el contrario, enfriarme y esperar un poco a que llegue, de nuevo, el calor de las transacciones económicas. Coincido con lo escrito por Ram Charan en Fortune, Managing your business in a downturn, en el sentido que en los momentos de turbulencias, debemos seguir invirtiendo en desarrollo, comunicarnos intensivamente, evaluar continuamente a nuestros clientes y no reducir gastos o presupuestos porque sí. Para las entidades proactivas, los tiempos buenos y malos son casi iguales.
Pero Elaine Pofeldt, en su artículo Empty Desk Syndrome, Inc.com, me hace pensar en la inmovilización o congelación transitoria de la política de contratación, sin interrumpir el día a día ni disminuir la moral del equipo, como forma de descanso para, después, tomar impulso. Dice Elaine que la congelación se debe tratar como algo normal, dentro de la lógica del negocio, que no debemos dejar de pensar en contratar en un futuro, que se debe considerar como una experiencia de aprendizaje más, donde igual te das cuentas de que no era necesario contratar; finalmente, la división comercial no debe ser afectada por esta política de enfriamiento. A seguir meditando. Que diciembre te sea generoso (imagen de manos congeladas; fuente: Wikimedia Commons). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: Free Photos en pixabay.