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Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
Si no me queda otra alternativa, la altura de esos asientos, me permite una visión más amplia del interior del bus. Observo la expresión huidiza de los rostros de esos nuevos usuarios, evitando la mirada, como si sus cuerpos y sus mentes se sintieran incómodos en ese medio de transporte. Lo de los cuerpos lo entiendo. Lo de las mentes no tanto. Probablemente, se hayan visto obligados a ajustarse el cinturón, no sólo en lo de cambiar el coche por el bus. Posiblemente, su tren de vida este verano haya tenido que entrar en la UVI. Si eso es así, pienso que su enfoque es maduro y su actitud valiente. Si estáis preparados para que os aceptemos, no dudéis que os recibiremos, como antaño la Tribu del Bus me admitió. Bienvenido a la Realidad. Ahora, a construir proactivamente, porque el sector en el que trabajáis, la ciudad donde vivís, vuestra comunidad, vuestro país y, en síntesis, el mundo al que pertenecéis, os necesita más que nunca. Recordad estas experiencias, cuando nadéis de nuevo en la abundancia. Confiad que el Bus de la Vida siempre os trasladará, pero la comodidad del corazón y de la conciencia depende de uno mismo[6]. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: mvc archivo propio.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2008). El viejo mate. Sitio visitado el 18/09/2008.
[2] Velasco-Carretero, Manuel (2008). La cartera. Sitio visitado el 18/09/2008.
[3] Velasco-Carretero, Manuel (2007). El cuento de la lechera. Sitio visitado el 18/09/2008.
[4] Con sus comentarios, historias y risas.
[6] Termino, anotándote el post de David Marí, acerca de Cómo coger un autobús en Kyoto (imagen del MEC).