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Mucha apuesta y compromiso por los impuestos para la protección medioambiental en España, pero el peso de los tributos medioambientales se reduce en dos décimas de PIB
[1], en consonancia con el resto de los países industrializados. Según los expertos, el reto es gravar la contaminación sin reducir la actividad económica, pasando del principio de “quien contamina paga” al de “quien conserva cobra”. Mientras, un témpano de 40 kilómetros de largo se desgaja de la Antártida, algo que los científicos esperaban que sucediera dentro de quince años
[2].
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[1] Leído en la pág. 30 de Expansión de 26/3/08.
[2] Imagen de un trozo de hielo de la Antártida, fuente Wikimedia commons.
