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Fuente de la imagen: Castillos de arena (M. Velasco, 2007) |
Precisamente, hace casi un año, leía en The Economist el artículo The art of the posible (El arte de lo posible)[5], acerca del tercer informe anual de la OCDE[6], el cual se ocupaba de las “reformas estructurales”, llegando a un epílogo deprimente o desconcertante: las reformas suelen esperar el puñal de la crisis, para aplicarse y quedarse definitivamente entre nosotros. Ir al encuentro de una calamidad es una expatría forma de intentar promover, de nuevo, la prosperidad. Lógicamente, en tiempos de decadencia es inevitable hacer las transformaciones, pero ¿sería posible administrar las reformas durante “entreactos” menos dolorosos y más preventivos? Se ve que eso de “solución preventiva” sólo se usa en marcos bélicos, casi exclusivamente, que publicitan los mandamases como “guerras preventivas”. ¡Ya están aquí los primeros rayos de sol de este lunes de febrero! Los recibo a solas y en silencio. Dejaré que calienten mi cuerpo, que de mi corazón no se exilie la esperanza y que la luz del alba vivifique mi espíritu[7].
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[1] Según el sentimiento de cada uno.
[2] Y sus séquitos proporcionados.
[3] Publicadas por ABC y El País.
[4] Pág. 51 de SUR de 3/2/08.
[5] The Economist (2007). The art of the posible. Sitio visitado el 04/02/2008.
[6] Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo.
[7] Que tengas una proactiva jornada.