Fuente de la imagen: captura de pantalla del vídeo en Youtube el 16/01/2007 |
En este sentido, opino que debemos ser educados, proactivos y profesionales, pero no enlatarnos y dar muestras de lo que no somos, siendo insinceros, hipócritas, farsantes, fingidores y comediantes. Cierto que “aunque la mona se vista de seda, mona se queda" (M. Velasco, 2005)[3], pero, metafóricamente hablando, un maquillaje excesivo, unos modales aprendidos y unos ángulos bien escogidos pueden retrasar sobremanera la detección del mono que llevamos dentro, perdiendo tiempo y dinero. En cuanto a lo que hay o no hay que decir en una entrevista, “ancha es Castilla”. En mi caso, considero que actividades como la de pastor de ovejas o porquero de cerdos, me sirven hoy en día para entender enfoques organizativos y proponer soluciones. Por ejemplo, en aquellos tiempos, me gustaba observar el comportamiento del animal en manada o solo; sus reacciones, sus emociones, su papel en la Naturaleza[3]. Sí, el ciclo de la vida, lo sé. Lo que quiero expresar con esos ejemplos puntuales es que en lo que a mí respecta, todo ha influido positivamente en lo que soy hoy, a nivel profesional, se entiende, y me ha posibilitado una fuente de conocimientos y experiencias, cada vez más amplia, a la que en ocasiones recurro como táctica y recurso adicional en el análisis de temas empresariales y en la toma de decisiones. Finalmente, a la par que me gusta recordar mis raíces, las considero parte importante de mi bagaje laboral. Por eso, a riesgo de que me descarten a la primera o sea motivo de risillas u otros desajustes protocolarios, siempre empiezo una entrevista de esta forma: “Necesidades familiares propiciaron el inicio de mi actividad laboral a la temprana edad de 10 años, como pastor y porquero…” (M. Velasco, 2007)[4]. Fuente de la imagen: realización propia.
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[1] Más de 160.000 tiempo después (Nota incorporada posteriormente).
[2] Cómo actuar en los vídeos y encuentros formales con el entrevistador, qué no decir, etc.
[3] ver post "Estimación sincera". Velasco-Carretero, Manuel. 2005. Sitio visitado el 16/01/2007.
[4] O cuando llegaba la navidad y algunos cerdos, los elegidos, eran sacrificados en el ritual de la matanza, mi corazón y mi cerebro se enfrascaban en una profunda disputa emocional que duraba días, por más cogotazos que mi hermano me daba para sacarme de ese ensimismamiento, reflexión y tristeza infantil.
[4] Post relacionados. Velasco-Carretero, Manuel. Mi presentación en Youtube (2007), ¿Ejecutivo monista? (2007), CIBERAMOR (2007). Sitios visitados el 16/01/2007.