A la relación de hábitos de mal gusto, del manual de urbanidad y buenos modales, de Manuel Antonio Carreño, habría que añadir la falta de tacto y de detalle de algunos responsables de relaciones y comunicación. Leo en la biblioteca global virtual[1] que “el protocolo cuida los aspectos más variados y sensibles relacionados con el trato hacia los demás.” Más de una semana bregando con la etiqueta de un proyecto institucional y el equipo sufriendo a tope con los distintos cambios de agenda de las autoridades y políticos. Es comprensible lo de la modificación de planes, lo que me cuesta entender es que cuando se cambien, los respectivos responsables de protocolo no comuniquen la variación, lo que catalogo de falta de profesionalidad.
Estas personas no caen en la sencilla y básica, aunque profunda, particularidad de que el anfitrión, además de disponer de su propia agenda, tiene la estructura organizativa pendiente de la visita de la autoridad, por no hablar de otros sensibles desajustes de calendarios. Pero hay gabinetes de comunicación que procuran ser profesionales, como el caso del protocolo del Ayuntamiento de Málaga, lo cual se agradece muy sinceramente. Informan puntualmente de la evolución de los acontecimientos e, incluso, si procede, llega la autoridad cinco minutos antes. Te dejo una foto, que me hicieron ayer, junto a Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, y otras autoridades y colaboradores (si quieres ampliar la imagen, pincha la foto y si quieres ver el reportaje completo, pincha AQUÍ).
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[1] Real Academia de la Lengua, Escuela Internacional de Protocolo, Instituto Universitario de Protocolo...
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[1] Real Academia de la Lengua, Escuela Internacional de Protocolo, Instituto Universitario de Protocolo...