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Si la información solicitada contiene datos personales especialmente protegidos (como la ideología o la salud), se necesita el consentimiento de la persona afectada, a menos que ya los haya hecho públicos. Para facilitar este derecho, se estableció un procedimiento supuestamente ágil y se crearon unidades de información en las administraciones para ayudar a gestionar las solicitudes. Si se deniega el acceso a la información, se puede presentar una reclamación ante el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno antes de acudir a los tribunales. La normativa se ocupa del buen gobierno, estableciendo principios éticos y de actuación para los miembros del Gobierno, altos cargos y personal asimilado de todas las administraciones, principios que buscan que los servidores públicos actúen con eficacia, austeridad, imparcialidad y, sobre todo, responsabilidad. Deben ser un ejemplo en su conducta, manteniendo la transparencia, dedicación al servicio público, imparcialidad, trato igualitario y diligencia. Asimismo, deben respetar las normas de incompatibilidad, guardar reserva de información, poner en conocimiento las irregularidades, usar los poderes solo para los fines otorgados, no aceptar regalos que condicionen sus funciones y no valerse de su posición para obtener ventajas personales. La ley prevé un régimen de infracciones y sanciones para quienes incumplan estas normas, que incluye infracciones relacionadas con conflictos de intereses, la gestión económica y presupuestaria, y de tipo disciplinario. Las sanciones pueden ir desde una amonestación hasta la destitución del cargo o la inhabilitación para ocupar puestos públicos durante un tiempo. Para supervisar y asegurar que todo esto se cumpla, se creó el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, organismo público independiente con plena autonomía, cuyas funciones principales son promover la transparencia, velar por el cumplimiento de las obligaciones de publicidad activa, garantizar el derecho de acceso a la información pública y asegurar que se sigan las normas de buen gobierno. El Presidente de este Consejo es nombrado por un periodo de cinco años con el respaldo del Congreso de los Diputados, lo que refuerza su independencia. Concluyendo, esta ley se conceptualizó como herramienta para conseguir una sociedad más informada y participativa, donde la gestión pública debe ser abierta al escrutinio de la ciudadanía y los cargos públicos deben actuar bajo estrictos principios de ética y responsabilidad.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2014). Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno. Sitio Gestión Empresarial. Visitado el 12/9/2025.