Nacido en laderas escarpadas

Fuente de la imagen: mvc archivo propio

Invitó Paco a un Villazo[1], elaborado por la Bodega Fabio Coullet, vino blanco que encapsula la esencia de los accidentados viñedos de la Axarquía malagueña. Procedente exclusivamente de la variedad Moscatel de Alejandría, cultivada en el pago homónimo con pendientes de hasta un 70%, el vino es un auténtico reflejo de su terroir. La añada del Villazo que degustamos estuvo marcada por una primavera fresca y lluviosa, seguida de un verano seco y cálido. Estas condiciones climáticas, aunque limitaron la producción hasta en un 40%, favorecieron la concentración de aromas en la uva. Recogido a mediados de agosto, según se lee en la ficha técnica parece que el fruto llegó a bodega en perfecto estado sanitario, con equilibrio de azúcares, acidez y pH.

Una vez en la industria vitivinícola, las uvas fueron cuidadosamente seleccionadas y vinificadas de manera tradicional. Tras una crianza de varios meses en barricas nuevas de roble francés, el vino adquirió una complejidad y elegancia únicas. En nariz, el Villazo sorprende por su mineralidad y sus delicados aromas a rosa fresca. En boca, destaca un intenso sabor a melocotón, acompañado de notas de té y sutiles toques de coco. Su acidez equilibrada le confiere una gran frescura y verticalidad, mientras que los suaves tostados aportados por la crianza en barrica completan su perfil aromático. Este vino de la D.O. Sierras de Málaga es ideal para acompañar pescados azules, mariscos y arroces caldosos. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.

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[1] Parte de este texto se ha editado en el sitio vinopost, bajo el título “Villazo”.