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La raíz de este dicho la posiciona López en la creencia o convencimiento de que una reliquia perteneciente a una parte del cuerpo de una persona, que había sido santificada o venerada, tenía poderes curativos y aportaba buena suerte o protección solo por el hecho de tocarla o tenerla cerca. Unos catalogan esto como mera superstición, otros lo relacionan con fe y dogma. En el aspecto profesional o laboral se define como aquella persona o equipo que consigue los objetivos programados.
He investigado su definición y origen porque, ante el descarte de un presupuesto de colaboración en una reestructuración empresarial, presentado a un potencial cliente, expresó la compañera: “Ellos se pierden tu mano de santo”. Ya me gustaría, amiga, tener “mano de santo”, pero no te quepa la menor duda que, junto al equipo, pongo toda la “carne en el asador”, fe, creencia, convencimiento, emoción saber hacer… en conseguir los objetivos y esa actitud siempre actúa de plus o ventaja.
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[1] López, Alfred. Ya está el listo que todo lo sabe. 20minutos.es. 2014. Sitio visitado el 20/01/2023.