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Termina julio. Duro en lo profesional. Difícil seguir directrices de Madre Teresa (ver "Aspiración íntima"[1]), en las actividades donde navego, pero aguanto el tipo gracias a mi gente y a personas como tú, que percibo sigue ahí dándome fuerzas (Gracias). Llega agosto y quiero enfocarlo como una oportunidad de la vida. ¡A por ello! Te dejo esta reflexión sobre los bots, una de las pesadillas en esto de las redes sociales o social media profesional. Aprovecho para reiterar que, aunque sea en el ámbito de lo personal, si eres una de las personas que recibe de manera individual este texto y no lo quieres seguir recibiendo, dame un toque por el medio de interacción al que llego a ti y te reasigno a otra, también cercana, lista de contactos. En todo caso, es para mí un privilegio y un placer que me tengas en tu ámbito de relaciones.
Y es que cabreado anda un compañero porque tarde se ha dado cuenta que en una conversación mantenida en una red social profesional, su interlocutor tenía toda la pinta de un bot. Y se enfadó más porque no se me ocurre otra guasa que preguntar: ¿A estas alturas y te siguen dando “gato por liebre”? Bromas aparte, le confesé que yo también he caído en esas “interacciones virtuales” (por denominarlas de alguna manera), al menos las que me haya dado cuenta y soy consciente que en más de una ocasión he recibido mensajes de esos “falsetes pero peligrosos”, como los llama el amigo Paco, cayendo ingenuamente en sus conversaciones. Y tiene toda la razón, porque si han conseguido presidencias de países ¡Vete tú a saber qué otras cosas mucho más graves han podido cocinar: descrédito de líderes, oponentes…!
¿Pero qué es un bot? Siguiendo a F. Kara[2], N. Proferes, S. Payne y P. Efthimion[3], un bot o social bot es un diseñado perfil virtual falsificado, que pulula en Social Media y que se comunica autónomamente, en función de la estrategia diseñada por su creador. El contacto puede ser sencillo, mediante mensajes simples, o más complejo, incluyendo la interacción de los “engendradores humanos” (los padres del falsete). Actualmente, se aprovechan del big data y de la inteligencia artificial para lograr interacción muy real, por lo que dificulta sobremanera su detección. Cuando trabajan en grupo, lo que suele ser usual (equipos de miles de bots y mucho más), su actividad es similar a los spambots o aplicaciones de envío de spam. No solo están en Twitter, también se encuentran, al menos, en Facebook y en Linkedin.
En cuanto a los usos. L. Finger[4] enumera los siguientes: fomento artificial de la fama de un personaje, un proyecto, una institución… como herramienta publicitaria, para destruir la imagen de un contrincante, para influir en la opinión pública, para desactivar, desnaturalizar o embarrar información importante, para suplantar perfiles, etc. ¿Cómo se detecta un bot? Reitero que cada vez es más difícil. Los expertos referenciados apuntan pautas: sin imagen o imagen genérica, porcentaje de seguidores respecto a los contactos, porcentaje de me gusta y otros patrones sospechosos de conducta virtual. Finalmente, fijarse en los matices, por ejemplo, que diga que es de una institución y, sin embargo, su correo electrónico no sea corporativo. Así que ¡Ojo avizor! Fuente de la imagen: mvc.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Aspiración íntima. 2003. Sitio visitado el 29/07/2022.
[2] Frederick, Kara. The New War of Ideas: Counterterrorism Lessons for the Digital Disinformation Fight. Center for a New American Security. 2019.
[3] Efthimion, Phillip; Payne, Scott; Proferes, Nicholas. Supervised Machine Learning Bot Detection Techniques to Identify Social Twitter Bots. Data Science Review. 2019.
[4] Lutz Finger. Do Evil - The Business Of Social Media Bots. forbes.com. 2015.