jueves, 29 de agosto de 2019

No te preocupes, Manolo

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Hace unos años, por motivos profesionales pero por un error de la intervención de una sucursal de un banco actualmente absorbido por otro, se aperturó una cuenta corriente a mi nombre. A pesar de que todo se encontraba debidamente judicializado y fiscalizado, detectado el desajuste, se procedió a rectificarlo, si bien la cuenta quedó con saldo cero, en vez de cancelarla dentro de las operaciones para resolver el entuerto. Pasado un tiempo, comencé a recibir llamadas telefónicas de una presunta agencia de cobros de impagados en la que la entidad financiera había delegado las acciones para recuperar un saldo negativo por importe de sesenta euros aproximadamente. Pacientemente le explicaba a la persona que me llamaba, todo lo acontecido. Me requerían urgentemente a que contactara con la sucursal para solventar el descubierto. 

Resulta que se habían generado y cargado gastos de mantenimiento de una cuenta que teóricamente debería estar anulada. Me pasaba por la entidad financiera y allí me decían que no me preocupara, que era debido al proceso de absorción en el que se encontraban inmersos. Pasado unos meses, volví a recibir una llamada “amenazante” de la entidad de recobro. Después de escuchar sus presuntas coacciones e intimidaciones y, por mi parte, intentar explicar la situación, me volvieron a remitir a la sucursal. Les informé que ellos también eran responsables de ese chantaje al que me estaban sometiendo. Colgaron bruscamente. Hablaba con la sucursal y la misma respuesta: “No te preocupes, Manolo, la absorción, que nos trae de cabeza. Los servicios jurídicos que no se enteran”. Así hasta otras dos llamadas, alguna a horas intempestivas. 

La paciencia se agotó y cogí mi mochila, con provisiones, el ipad y la decisión de pasarme el tiempo que hiciera falta en la entidad financiera hasta que se resolviera la situación de una vez por todas. Según el portal finanzasparatodos.es, si se mantiene una cuenta abierta en una entidad y decido no hacer uso de la misma, a pesar de que el saldo sea cero y no se registre ningún movimiento, la entidad podrá seguir cobrando comisiones de mantenimiento en la misma[1]. Por ello, recomienda el portal financiero cerciorarse de la cancelación[2]. No obstante, si no se cancela, las entidades deben continuar con la remisión de los extractos y otros documentos informativos exigibles al domicilio correspondiente, así como realizar reclamaciones periódicamente del saldo pendiente a su cliente. Fuente de la imagen: mvc archivo propio. 
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[1] Si bien, no se podrán cargar comisiones e intereses por el descubierto cuya única causa sea el cargo de comisiones en la cuenta. 
[2] Para cancelar la cuenta, es necesario dar instrucciones expresas a al banco solicitándolo por escrito.