Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
Un día antes se congela el pulpo y horas previas a cocinarlo se descongela. Asimismo, cuando se vaya a cocinar también hay que asustarlo tres veces, es decir, introducirlo en el agua hirviendo y sacarlo. Con el congelado y el asustado dicen que la carne se pone más tierna y la piel no se estropea tanto. Al tercer susto se deja definitivamente en el agua hirviendo (con el laurel, la pizca de pimienta y la sal) durante treinta minutos más o menos. Cuando transcurran quince minutos de cocción se le arriman las patatas como dice José Andrés, aunque a mí me gusta incorporarlas ya desgajadas. Finalmente, a la hora de emplatar (si se tiene madera, mejor), se espolvorea el pimentón, la sal y el aceite al gusto (lo acompañé con perejil -¡Ay! "Aquella brizna" (M. Velasco, 2017)[5]-, y un poco de cebolleta de la aspiración a huerto que rodea el hogar; ver “El yo y el mini yo de la Allium cepa” M. Velasco, 2019[6]). Parte de este texto también se ha editado en el sitio GASTROPOST, bajo el título “Pulpo cocido”. Fuente de las imágenes: elaboración propia.
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[1] Velasco Carretero, Manuel (2017). Junto a Plaza de Gracia. Sitio visitado el 06/07/2019.
[2] Velasco Carretero, Manuel (2014). Un mundo en sí mismas. Sitio visitado el 06/07/2019.
[3] La sede estaba al lado de uno de los principales aeropuertos de mi país.
[4] Velasco Carretero, Manuel (2016). Asústalo tres veces. Sitio visitado el 06/07/2019.
[5] Velasco Carretero, Manuel (2017). Aquella brizna. Sitio visitado el 06/07/2019.
[6] Velasco Carretero, Manuel (2019). El yo y el mini yo de la Allium cepa. Sitio visitado el 06/07/2019.