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Se lee que el perejil, natural del Mediterráneo oriental, ya era utilizado por los griegos como aromático para sus comidas y medicinal para sus males, ya fuera para disciplinar la hipertensión, regular el flujo sanguíneo, destierro de toxinas, alivio de la artritis u otros remedios. Dice Carlos Arguiñano que es como una farmacia, porque cura más de cincuenta enfermedades. En cuanto a su conservación, dada su presentación, en manojos más o menos generosos, últimamente los excedentes los pico, extendiendo los trozos en una bolsa de plástico y los congelo, de forma que voy consumiendo a demanda durante varios meses.
En relación a la gastronomía, mi madre lo utilizaba para los caldos de pescado, sopas, pero también en ensaladas y un plato a base de patatas cocidas, ajo y perejil, que estaba de rechupete. Dicen que es mejor comerlo crudo, porque es cuando alberga todas sus propiedades alimenticias y medicinales, pero también me gusta espolvorearlo en los pescados a la plancha, almejas, carnes e, incluso, en el arroz. En mi país, es famosa la televisiva costumbre del cocinero Arguiñano. A continuación, te dejo un vídeo, alojado en Youtube, cortesía de Canal Nostalgia, con un el perejil y el cocinero. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.