Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
En el texto “Pero, realmente ¿a quién afecta?”[1] me comprometí a contarte al siguiente día el vino que nos invitó Alex, pero en “Felices, muy felices”[2], te comenté otra historia que consideré más oportuna en aquel momento, emplazándote a este fin de semana para cumplir lo propuesto. Y como lo prometido es deuda, pues ahí va, rioja Sierra Cantabria, gran reserva 2008, de Bodegas Sierra Cantabria, frase que me recordó la sierra del mismo nombre que apunté hace unos años, en “Fructuoso y dócil”[3], cuando escribía sobre otro vino, Solar Viejo.
En cuanto a este gran reserva presentado por el amigo, a base de Tempranillo y, según se lee en la etiqueta, una pizca de la variedad Graciano, típico rojo rubí a la vista y penetrante y complicado aroma a frutos maduros y tostados al olfato. Ya en el paladar, lo intenso, influenciado por la presencia de los equilibrados taninos, se transforma en atrevimiento y vitalidad que al final de la experiencia sensorial, propicia en mi mente evocaciones de fragancias del duro verano de la niñez en las también sierras de la Serranía de Ronda.
Respecto a la institución vitivinícola, escriben que son ya cinco las generaciones que bregan en el sector agrícola, confesando la familia que ante todo son agricultores o, más específicamente, viticultores, si bien uno de los responsables de la saga, Guillermo Eguren, se considera un “coleccionista de viñedos”, en el sentido de “cuidado del viñedo y máximo respeto al fruto en la bodega”[4]. Parte de este texto también se ha editado en el sitio VINOPOST, bajo el título “Sierra Cantabria”. Fuente de la imagen: elaboración propia (Alex, Muchas Gracias).
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Pero, realmente ¿a quién afecta? 2018. Sitio visitado el 22/09/2018.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Felices, muy felices. 2018. Sitio visitado el 22/09/2018.
[3] Velasco Carretero, Manuel. Fructuoso y dócil. 2016. Sitio visitado el 22/09/2018.