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En el certificado del tutor, éste, además de realizar una síntesis de la actividad que el alumno ha llevado a cabo, debería puntuar las competencias que se deben adquirir en las prácticas. En mi caso, se me puntuó la capacidad técnica, la capacidad de aprendizaje, la administración de trabajos, la habilidad de comunicación oral, las habilidades de comunicación escrita, el sentido de la responsabilidad, la facilidad de adaptación, la creatividad e iniciativa, la implicación personal, la motivación, la receptividad a las críticas, la puntualidad, las relaciones con su entorno laboral y la capacidad de trabajo en equipo. El informe del alumno, no sólo debe recoger aspectos tales como la síntesis de su actividad diaria[4], sino también datos técnicos, como pueden ser el marco regulador, que en el caso práctico que nos ocupa, no es otra cosa que el convenio firmado entre los Excmos. Sres. Rector de la Universidad de Málaga, el Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Málaga y el Ilustre letrado. Me decía una compañera que eso ya lo sabe la coordinación de las prácticas. Le respondí: “Letrada, aún así, el informe lo está realizando Vd, así que, por favor, referencie el marco regulador”.
Siguiendo el mismo criterio, especificar en ese apartado la modalidad curricular, el periodo de prácticas y los datos del bufete. En este último apartado puse en valor la orientación jurídica del despacho (en mi caso, mercantil y concursal), el perfil del tutor (en mi caso, un magistrado en excedencia, ponente de la Ley Concursal), la ubicación de la realización de las prácticas (en mi caso, en el despacho que el letrado tiene en Málaga –España), el equipo técnico (breve descripción del organigrama del bufete) y el protocolo de actuación del alumno. Otro punto que considero esencial y que debe ser redactado, es el relativo a los fines curriculares, describiendo tanto los objetivos generales de las prácticas como los específicos o particulares. En cuanto a la programación de las prácticas, se deben exponer los frentes de trabajo acordados al inicio de las sesiones. Mis frentes de trabajo fueron la jurisdicción mercantil, la jurisdicción civil y administrativa, reforzar los conocimientos en protección de datos de carácter personal y en prevención del blanqueo de capitales y financiación del terrorismo y, por supuesto, el conocimiento técnico-administrativo de la oficina jurídica.
Seguidamente, introduje una síntesis de los resultados de las actuaciones realizadas por cada uno de los hitos programados, para después insertar el diario del alumno que, en mi caso, como ya te he avanzado, consistió en el copia y pega de mi agenda diaria. A continuación se debe proceder a una evaluación por el alumno de la practica llevada a cabo, que debe tratar aspectos tales como la consecución o no de los objetivos, la relación con los miembros del despacho, el grado de aprovechamiento e interés, el estado del logro de las expectativas y una valoración global de las prácticas. Me gusta finalizar este tipo de informes con un apartado titulado “Reconocimientos”. De esta forma, si el alumno ha aprovechado bien las prácticas realizadas y pone en valor esa experiencia en su informe, tal vez ese contenido, bien estructurado y explicado, establezca la diferencia entre la nota de “Sobresaliente” y la “Matrícula de Honor”. Por si es de tu interés, a continuación te inserto el índice de mi informe. Este texto también se ha publicado en el sitio "Formación para el Empleo", bajo el título "Cómo hacer un informe de prácticas universitarias".