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Fuente de la imagen: Fluido Silencio de Confianza: Examen como Encuentro (M. Velasco, 2025) |
Consciente de las particularidades de esta situación, mi práctica en estas convocatorias extemporáneas incluye un paso que considero básico: la lectura comprensiva de cada una de las preguntas del examen. Más que un trámite, es un intento deliberado de crear un ambiente lo más receptivo posible, disipando incertidumbres iniciales y ofreciendo una primera aproximación clara al contenido de la prueba, prestando atención plena y consciente al mensaje de cada persona, con el objetivo de comprenderla en su totalidad, tanto a nivel verbal como no verbal. Durante el transcurso del examen, mi disposición es la de atender cualquier duda que surja, procurando ser un apoyo activo en el desarrollo de la prueba, siempre dentro de los límites de la objetividad y la equidad que el proceso exige. Se trata de humanizar el momento, de recordar que, más allá de la evaluación, hay un proceso de aprendizaje y de esfuerzo personal.
Al finalizar la sesión, y con la entrega de las pruebas ya realizadas, me encontré con un gesto que, por su espontaneidad y sinceridad, me resultó profundamente gratificante. Dos de los participantes se acercaron para expresarme su agradecimiento por el ambiente propiciado durante la prueba y, sobre todo, por cómo se había planteado y vigilado el transcurso del examen. Este tipo de reconocimiento es un recordatorio poderoso de que, en la docencia universitaria, especialmente en momentos de tanta presión como una convocatoria extraordinaria, el acompañamiento y la preocupación por crear un entorno justo y comprensivo pueden marcar una diferencia sustancial en la experiencia del alumnado. Es la confirmación de que la labor del docente trasciende la mera transmisión de contenidos, abarcando también la dimensión humana del proceso educativo. Fuente de la imagen: mvc.